miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sister Pop

La historia musical de Siobhan Fahey es un tanto cuanto complicada, en el sentido de que no se puede catalogar en un solo renglón. Sería muy fácil caer en la condescendencia y señalarla, por sus origenes como fundadora de Bananarama, como una "chica poppy" más, sin ningún deseo de ofender... pero en realidad es mucho más que eso.

Nacida en Dublin en septiembre de 1958, Siobhan (pronúnciese shi-vawn) formó parte del movimiento punk que tomó Londres por asalto a fines de los 70 y junto con sus dos compañeras de estudios, Sarah Dallin y Keren Woodward, bajo el auspicio de Paul Cook (ex Sex Pistols), formó el trío vocal Bananarama en 1981. Las chicas básicamente estaban en una onda muy New Wave y se les daba muy bien echar relajo. Este mismo resultó en una carrera sorprendente, que incluyó éxitos número 1 como Cruel Summer o el celebérrimo cover de Venus (a su vez creado por la banda holandesa Shocking Blue) y varios discos superventas, como el icónico WOW!, que incluyó los hits Love in the First Degree y I heard a rumour.

Fue precisamente después del lanzamiento de este disco, en 1987, que Siobhan (a la sazón embarazadísima) se casó con Dave Stewart (la otra mitad de los Eurythmics) y dejó su atuendo de "chica poppy", para buscar una nueva manera de expresarse artísticamente.

Consciente de que no canta (ella es la primera en decirlo), Siobhan decidió incursionar en otras corrientes del pop, donde no necesariamente fuera importante tener una voz como la de Mariah Carey (Ugh!) o Beyoncé. La cosa era poder dar rienda suelta a su imaginación y a sus ideas delirantes. Afecta (y afectadísima, tampoco lo niega) a ondas más cercanas a Jimi Hendrix y Frank Zappa que a Elton John o Tina Turner o la música pop aceptable a fines de los 80, lo que Siobhan hizo, fue crear un proyecto alternativo llamado Shakespear's Sister, tomando su nombre de una canción escrita por Morrissey para Los Smith.

Como Shakespear's Sister, Siobhan se creó una especie de 'personalidad' más agresiva, más 'reina chula', más Bette Davis o Morticia Addams (or both) que estrellita de la canción. Su primer álbum con este nombre y estilo, grabado al poco de nacer su hijo Sam, se tituló Sacred Heart y apareció en 1989 (yo recuerdo haberlo comprado un año o dos después, como uno de los primeros cedés que me merqué). No era un mal disco y algunos temas resultaban interesantes e incluso inquietantes (el caso de Heroine, por ejemplo, es pop de la mejor calidad, pero sin tanto compromiso de sonar en el Top 40, aunque tampoco es Joy Division).

En 1991, apenas dio a luz a su segundo hijo, Django, Siobhan volvió al estudio de grabación, ésta vez con una propuesta acaso más comercial -- idea de su señor esposo, marido y compañero, que la dejaría en 1996 por una mujer más joven y en medio de una crisis nerviosa- y haciendo dueto con la que fuera su corista, Marcella Detroit (o bien, Marcie Levy, de Detroit) una chica con voz angelical pero muy ambiciosa, que a la hora de la hora le quiso comer el mandado, musicalmente hablando [para quienes no pescan el muy mexicano término "comer el mandado" quiere decir que alguien se aproveche y se atragante con lo que a ti te costó trabajo hacer, o se adueñe de lo tuyo] con el álbum Hormonally Yours, que con su single Stay resultó ser el más grande éxito que alcanzó, aún si se tomara en cuenta su época con Bananarama. #1 por meses enteros en listas de popularidad en ambos lados del Atlántico, gira mundial, etc, etc. Para 1992, Siobhan estaba hasta la madre de tener que ser parte de un dueto y de que Marcie (ella, tan reina chula) fuera tan gárrula con la prensa y para todo quisiera opinar, por lo que en cuanto terminaron su único tour, cada una agarró sus macundales y ni adiós se dijeron -- Marcie después grabó un disco como solista con el que no pasó absolutamente nada y hace algunos años andaba de corista de la legendaria Marianne Faithfull, cuya presencia ya ha agraciado este mísero blog.

Las cosas para Siobhan no han sido fáciles. Después de que sin ningún tipo de gentileza la botaran casi al mismo tiempo su marido y su casa disquera, sufrió lo que comunmente se llama 'meltdown' -- es decir, un colapso mental de mediano alcance- y estuvo semiretirada, dedicándose exclusivamente a sus enanos.

Ahora que ya son hombrecitos, sigue la mata dando y ella no se amilana. Sigue buscando una manera de expresarse, de hacer música pop, pero no basura pop. De este modo, se ha aventurado por la Elecrónica y el Trip-Hop, explorando lo que habitualmente a una señora de su edad suele ver con temor. Así aparece Long Live The Queens!, una compilación que reune sus temas de éxito de los primeros discos con Shakespear's Sister, temas remezclados, versiones acústicas, caras B, cortes que grabó para un tercer álbum que no se materializó (por coincidir con su divorcio y crisis), covers -- de Jefferson Airplane y Joy Division- y retazos sueltos, que no obstante, permiten un retrato más completo de ella como artista, que cualquier compilación de "Grandes Hits" -- la clase de cosa que una disquera saca cuando quiere seguir ordeñando a una vaca que se ha quedado sin leche.


El disco es interesante, ella también. Y para descubrir este collage de sonidos, de sensaciones y de letras que la conforman y le dan vida, este experimento vivo se puede descargar aquí.

Vengan y cuéntenme después, qué les pareció.

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