viernes, 19 de septiembre de 2008

Nada le debo yo al miedo


Me desperté hace rato. Con miedo.
Estaba oscuro. Eran casi las tres.
Salí a caminar. Audrey salió conmigo, caminaba cerca de mí, sin separárseme.
Caminamos por todo el muro, bajo la luna. Ya había llovido.
A espaldas de San Pedro me senté y lloré.

Llevaba días pensando en llorar.
Me he sentido frágil. Vulnerable. Asustado.
El entorno (factores externos que no controlo) no ayudó mucho estos días.
Lloré.Llorar alivia el peso (a veces el exilio es una loza, no tan metafórica como podrían ustedes creer) y libera los pulmones.
Audrey se mantuvo a mi lado, mirándome, lamiéndome las manos.
(Alguien me dijo que estoy criando a la perra mas sensible del mundo. Espero que no. El mundo no es receptivo con los que somos así)
Respiré mejor.

Volví a casa, en la quietud de la noche, con mi perra que casi nunca ladra y subimos en el ascensor, juntos ella y yo y recordé algo, un retazo de mi tardía adolescencia, que está (por razones que otro día contaré) intrínsecamente ligado a un episodio surrealista de mi niñez. Se trata de la letanía contra el miedo de Dune, tal y como la escribió Frank Herbert en su novela (que iluminó una época gris de mi vida y la dio luz perdurable a muchos recuerdos).

No conocerás el miedo.
El miedo mata la mente.
El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo.
Permitiré que pase sobre mí y a través de mí.
Y cuando haya pasado girare mi ojo interior para escrutar su camino.
Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada.
Solo estare yo.

Y ahora que acabo de escribirlo, aunque estoy todavía muy asustado y confundido y tembloroso, sé que me iré a la cama ahora y cuando amanezca quizá todo (me) será revelado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi queridísimo Miguel. Una cobija, unos tragos y a dormir, que mañana será otro día. Ah! y un gran beso de tu amiga Selva.

Anónimo dijo...

Mi vida, tus lagrimas riegan mi corazón, realmente me acongoja no poder estar contigo fisicamente para poder enjugarlas.

Te amo hijo y sabes que cuentas con todo mi respeto, te extraño tanto....

Tu fan numero 1.
Consuelo

Nyman dijo...

Miguelón...un abrazo. Decirte que no te sientas así, es como hablar al viento. Las cosas se sienten y ya, se viven y ya...y nadie las vivirá por nosotros aunque nos envíen palabras de consuelo.

Dentro de todo, te entiendo perfecto. Anoche por primera vez en dos años, volví a dormir solo sabiendo que ya no habrá nadie más a corto plazo.

Pero me sentí extrañamente liberado...y esa libertad supongo tiene su precio, y creo que el miedo que sentiste es una parte del pago que yo también debo experimentar.

Ah y una frase de alto kilataje que pusiste:

"...Alguien me dijo que estoy criando a la perra mas sensible del mundo. Espero que no. El mundo no es receptivo con los que somos así"

¡Cuánta verdad!

Yo me he sentido un verdadero bicho raro ante personas que no logran entender mi sensibilidad...

Y no debe ser así.

Te quiero y estimo mucho amigo.

Dushka dijo...

Miguel, es un proceso. Y veo que estas viviendolo paso a paso.