viernes, 5 de septiembre de 2008

601: Una Retrospectiva

Haber reconocido las 600 entregas de este blog como un mero apéndice de la entrada anterior (véase aquí abajito), fue hacerles flaco favor. Entre más lo pienso, más claro me queda que ameritaba algo mejor que unas cuantas líneas.

600. Se dice fácil, pero ahora, viéndolas, me doy cuenta de que no lo es. Sobre todo, por que cada una de ellas, fue escrita por una razón, no siempre planeada, casi siempre sin mucha elocuencia, pero sobre todo, si es que puede alegarse como defensa, con el deseo de ser leída.

Les voy a contar un poco de cómo es que me siento a escribir en este blog. No se trata de un ritual muy específico (soy muy desordenado -- hasta con mis rituales) pero es algo que se ha ido incorporando a mis hábitos y que, de hecho, en 2007 fue un acto de disciplina voluntaria cotidiana, como anteriormente, entre el verano de 2004 y el invierno de 2006 lo fue el hacer las cartas dominicales [casi 200] que en cierto modo, como ya relaté en alguna ocasión, dieron origen a lo que este blog es. Ahora ya no es así.

Entonces... ¿cómo escribes el blog?
No lo sé. Esa es la verdad, si me pongo a pensar en ello. A veces el tema no se me ocurre hasta el día en que actualizo; puede ser en la ducha, o mientras cocino, o mientras trabajo, o escucho una canción o paseo a Audrey por el muro, o la noche anterior, en la barra del 4.70 o si he salido a cenar con alguno (a) de mis amigos (as). Puede ser la inspiración cualquier cosa: algo que me digan, algo que leí, que escuché, algo que soñé incluso -- la noche de ayer, por ejemplo, tuve pesadillas terribles, desperté desorientado y con la boca pastosa... pensé en escribir sobre lo que había soñado, pero lo olvidé-. Solo me siento en la noche (siempre actualizo de noche, de un día para otro, eso es algo que he hecho siempre, incluso con las cartas de domingo, las escribía de noche -- a veces las noches del sábado, a veces las noches de domingo, de ahí que aparecieran en las bandejas de entrada a las que iban dirigidas, casi siempre los lunes) frente a la pantalla y comienzo a teclear.

Desde que cambié el formato del blog por uno minimalista, en su primer aniversario, suelo acompañar cada entrada por lo menos con una ilustración. Algunas veces (como sucede con los ABCs, que hace mucho que no hago) es un juego lúdico y hay muchas imágenes o un video que es más elocuente que yo. Así que cuando decido el tema, busco la imagen que va a acompañar mis palabras y me gusta pensar que he hecho un buen trabajo para ilustrar. Algunas veces, son fotos tomadas por mí, otras veces no. Pero como sea, sirven para un fin muy concreto: dar una idea de lo que estoy queriendo decir.

Otras veces, me doy cuenta, las entregas aquí son breves e insulsas (sí, me parecen frívolas e insulsas a veces y esto, no lo duden, me provoca cierta desazón) otras son un poco demasiado dolorosas -- y esto, en retrospectiva, me inquieta también. No quiero que piensen (sé que algunos lo piensan) que estoy en un estado permanente de sufrimiento, por que no es verdad. Ni de lejos, aún si lo que escribo, a veces suena así. Y es que por escrito no se puede oír la voz (¿ustedes pueden?) ni ver la expresión de un rostro -- en este caso, el mío. De verdad, no sufro. O al menos, no más que cualquiera en un momento dado y si se ve reflejado de algún modo aquí, créanme que no es intencional: sucede de repente y no es (eso seguro) permanente.

He estado un rato viendo las 600 entradas que preceden a ésta. Algunas me han hecho sonreír (¡Tengo Traumas! sigue siendo una favorita) y otras, definitivamente me han hecho soltar la carcajada (Castígame con besos..., por ejemplo) y ha habido otras que aún me remueven (mi denuncia contra la pederastía, mi tributo a María, mi abuela y harsh mistress, las cartas en año nuevo a mi papá) y como bien decía Georgie mi amigo de Mérida por vía de Hamburgo, en los comentarios de la entrada anterior, también me asomé a los mensajes que ustedes me dejan y traté de contarlos... pero no pude, aunque sí caí en cuenta de otra cosa.

¡Cuánto les debo yo a ustedes! A todos.

Es cierto que cuando escribo, muchas veces tengo un puñado de rostros a los que me estoy dirigiendo -- ustedes saben quiénes son, saben dónde están, y si pongo mi mano sobre el monitor ahora, me gusta pensar, que la están viendo, quizá alguno (a) la tome por un momento, como el trasunto electrónico de mi más afectuoso abrazo, mediante mis palabras. Esto es por y para ustedes, y siempre ha sido y será de este modo.

Pero también sé que hay mucha gente que no conozco que me lee.
Que viene aquí tal vez por accidente, buscando otra cosa, alguna referencia que mis obsesiones personales han llevado al Google. Y es a ustedes a quienes también agradezco por venir, por (en algunos casos) quedarse y volver. No tengo mucho más qué ofrecer aquí a ustedes, generosos extraños y queridos amigos, que mis palabras en una pantalla.

Y así lo he hecho seiscientas (un) veces.
Espero poder seguir haciéndolo. Y ustedes que estén ahí, para poder leerlo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

He visto tu mano en el monitor,de hecho siempre que leo tu blog, la veo, amiguín.

Anónimo dijo...

Querido Miguel:
Me gusta la frescura de tu bog. Parece que escucho tu voz cundo lo leo. Felicitaciones por tus 600 entradas, todo un mérito, y espero otras 6.000.000 en futuros años. Por cierto, cambié mi blog totalmente, ahora lo actualizo con más frecuencia. Lo puedes ver en www.laurenmendinueta.com Un beso con deseos de verte pronto,
Lauren

Anónimo dijo...

Y nosotros, que estamos acá, seguimos leyendo.

¡Y es un placer!

¡Una WWW sin Miguel Cane sería una pesadilla!

Un abrazote.

,,,

Sebastiana dijo...

Dearest Mr. Cane:

This has been one weird year, no lo puedo negar. Haciendo el recuento y pensando en lo extraño que es eso de contar los posts (cumplí 500 el otro día!!!), me puse a recordar muchas cosas. Hace mucho que no le dejaba un comentario, largo al menos. Pero el tiempo es extraño y la elocuencia caprichosa. Todo el mundo siempre tiene algo más bonito que decir, pero no sé, quizá es el montón de antigripales que me tomé hace rato o el exceso de té negro o la simple alegría de escribirle un poco. Muchas felicidades por sus 601 posts! Sigo leyendo cada uno, y me alegra mucho que no haya dejado el blog, como aquel post anunciaba en algún momento... cuando lo leí, no creí que fuera posible (y no lo fue!!).

Te mando un abrazo y exijo (!!) más capítulos de la radionovela!

El Velvet de Cierto Pelo dijo...

Aplausos!
Así hasta uno suspira y se inspira.