miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuidado con las jovencitas

Hoy sí que se pone arqueológica la clase de arqueología pop, más que nada por que el tema que nos ocupa, es una verdadera curiosidad de la música pop. Damas y caballeros, con ustedes, la sensacional Miss Dory Previn.

Dorothy Veronica Langan (más tarde comenzaría a escribirlo como Langdon), nació en Rahway, Nueva Jersey, el 22 de octubre de 1929 (ó 1925) y desde muy joven, después de una infancia difícil (su padre era veterano de la Primera Guerra Mundial y la familia tuvo muchos episodios violentos), se marchó a Nueva York a trabajar en el mundo del espectáculo, como corista en Broadway y comenzó en los años 50 a escribir letras de canciones, algo notable en un mundo que en esa época estaba casi totalmente dominado por hombres. Así fue como conoció a André Previn, el célebre compositor y director de orquesta (varios años menor que ella), con quien formó una excelente mancuerna profesional -- y con quien se casó en 1959.

Juntos, los Previn escribieron temas para diversas películas de los 50 y 60 (incluyendo el tema de El Valle de las Muñecas, que en voz de Dionne Warwick fue un éxito del Hit Parade en 1967) y para diversos artistas como Frank Sinatra y Ella Fitzgerald (les encantaba el jazz y lo hacían muy bien). Siendo tan famosos y solicitados como Hal David y Burt Bacharach, escribieron cerca de un centenar de canciones. En 1957, Dory -- como Dory Langdon- lanzó un primer disco titulado Leprechauns Are Upon Me, que hacía una propuesta diferente en el terreno de la música para adultos: canciones de amor con un tinte satírico y refrescante. Aunque el disco no fue un éxito, sirvió para abrirle camino a Dory, quien, tras intentar infructuosamente ser madre, había sufrido una fuerte depresión y se cambió el nombre artístico por Dory Previn, una vez casada con André.

Tras obtener dos nominaciones para el Oscar por Mejor Canción y con temas grabados por figurones como Judy Garland, Sinatra, Doris Day, Tony Bennett y Bobby Darin, todo parecía ser prometedor para la pareja, hasta que a finales de 1969, André repentinamente abandonó a Dory para irse a vivir a Londres con Mia Farrow, entonces de veinticuatro años y recién divorciada de Frank Sinatra, a quien Dory consideraba su amiga y que había ido a visitarlos en numerosas ocasiones en su casa de Beverly Hills. Dory se sintió particularmente herida, cuando se reveló en los medios que Mia estaba embarazada de André y que sería madre de gemelos.

Dory sufrió una severa crisis nerviosa en público y tuvo que ser internada en un hospital psiquiátrico en California, donde, a manera de terapia, comenzó a escribir canciones sola. Estos temas servirían para crear lo que fue su primer álbum en solitario: On My Way to Where, lanzado el verano de 1970. El título, como señala Alfredo Rosso "resumía el momento de confusión y a la vez de posibilidades insospechadas que vivía Dory: “Voy camino…¿adónde?”"

El disco fue una revelación. En él, Dory hacía una transición personal, que la colocaba en el mismo aire de compositoras como Laura Nyro, Joan Baez o la mismísima Joni Mitchell: temerarias, desprovistas de afectaciones y maquillajes. La música era hermosa y las letras muy crudas. El tema más memorable es, precisamente, el (eventualmente profético, sin saberlo) demoledor retrato de la joven -- en este caso, Mia- que logra meterse en un matrimonio, jugando dobles juegos y fingiéndose frágil, para asestar un golpe cruel. La canción, titulada Beware of Young Girls (click para descargar), con su melodía dulce y evocativa de las rondas infantiles, es un escupitajo ácido en la imagen de madonna virginal de la Farrow y mucha controversia causó (al paso de los años y después del humillante escándalo de Woody Allen y la enigmática huérfana coreana Soon Yi, la propia Mia se disculparía humildemente con Dory en las páginas de su autobiografía, reconociendo que actuó mal al apartar a su marido de su lado, más considerando su precario estado nervioso, valiéndose de la amistad con ella. Es decir, el karma te las cobra).

A este disco seguiría el álbum Mythical Kings and Iguanas, editado en marzo de 1971, donde seguía haciendo temas de corte autobiografico, entre ellos una de sus canciones más características The lady with the braid, que Travis Cocker (de la banda británica Pulp) ha calificado "una de las canciones más importantes del rock and roll".

Otros discos suyos son Reflections In a Mud Puddle (1972), Mary C. Brown and the Hollywood Sign (mismo año) y el álbum doble Live at Carnegie Hall, que fue prueba fehaciente de su éxito al presentarse en vivo ante el público. Su último álbum de estudio fue We’re Children Of Coincidence and Harpo Marx (1977), al que siguió un prolongado silencio hasta 2004, cuando lanzó de manera independiente y a través de Internet Planet Blue, un proyecto en el que trabajó en colaboración con Brad Fiedel y que es una dura crítica a la política de G. W. Bush y la invasión a Irak.

En su excepcional entrevista con Rosso, para La Mano, la casi octogenaria Dory señaló: “Lo hice disponible a través de la Internet porque sentí que no era mío. Porque si bien yo lo escribí, fui meramente el instrumento a través del cual salió el álbum. Planet Blue representa, una vez más, mi total desacuerdo con todos esos fanatismos tipo ‘mi religión es la buena, la tuya no lo es’. Se supone que una religión debería inspirar amor pero uno recibe también todas esas amenazas, toda esa paranoia. Y generalmente es la gente que tiene más miedo –y esto aplica a las personas que están manejando mí país Estados Unidos en este momento- los que distorsionan las premisas de la religión y sus motivaciones originales.”

Pese a su edad y su ceguera (sí, por motivos de salud) Dory Previn sigue activa y se siente extrañada y feliz de que nuevas generaciones la estén descubriendo a través de sus discos, que trascienden el ser objeto de culto. La banda rockera Camera Obscura le dedicó un tema con su nombre en el álbum multiplatino Let's get out of this Country en 2006 y este año se lanzó el compilatorio The Art of Dory Previn, que reune temas de sus primeros discos de estudio y para descargar esa extraordinaria antología pueden hacer click aquí.

Mujer bragada, inteligente, polifacética y sanamente sarcástica, Dory Previn es un tesoro que amerita ser descubierto. Yo la disfruto enormemente -- tanto su humor negro, como su oscura visión del mundo, o su brutal franqueza ante el amor y sus despropósitos. Es por ello que la comparto con ustedes.

Escúchenla, disfrútenla. Luego vienen y me cuentan.



(Gracias a Alfredo Rosso por su extraordinaria entrevista en la revista
argentina La Mano, que provee mucha de la información en este post)

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