martes, 28 de agosto de 2007

Mi romance secreto

¿Les cuento una cosa?

Uno de mis primeros grandes amores fue el teatro.

Esto algunos ya lo sabían, y si no, pues ahora se van enterando.

Tal vez pude haber sido un actor profesional... pero me falta muchísimo talento para siquiera atreverme a acercarme a un escenario. Ser exhibicionista y desinhibidito (que uno lo es... ¡y modesto también!) no significa que uno tenga talento histriónico... cuando estaba en el bachillerato, después de algunas vagas experiencias extreando y en papelitos, finalmente acabé por convencerme de que mi onda era escribir y a eso comencé a dedicarme [ahí fue que nació realmente Miguel Cane], pero siempre me quedó la pequeña inquietud, ese deseo no consumado, esa asignatura pendiente.

Hasta ahora.

Estoy escribiendo una obra de teatro.

Sí. Teatro.

No es la primera vez que lo hago. De niño escribí viñetas para clases y en espectáculos escolares: parodias musicales, cándidos autos sacramentales, sketches surrealistas -- en uno, de mi época de preparatoriano, aparecían Heidi y las cabras en plenos alpes. Mientras Heidi cantaba alegremente, una pinche cabra le propinaba un subrepticio puntapié en el recto y en seguida todas se levantaban para marchar y saludar "seig heil!"... claro, recién a los quince años había visto yo Cabaret.

Pero pese a estos ejercicios, nunca había ingtentado escribir una obra totalmente; algo completo, con ritmo, con un desarrollo. Sí, ya había escrito una novela y muchos relatos, pero nunca teatro en forma. Pero hace poco, Hanna me escribió para preguntarme si tenía alguna obra de teatro mía. Ella es, al igual que Alejandro Calva, actriz profesional. Está montando ahora dos proyectos: uno como directora (que estrena pronto) y uno como actriz.

Le dije que no... pero que le escribiría algo.

Y de pronto, el otro día, mientras escribía un pasaje de mi novela nueva, los personajes comenzaron a sonarme distintos y empecé a escribir una escena que no tenía nada qué ver con la novela nueva. Pronto, ya estaba yo riéndome con lo que escribía.

Entonces decidí tener una aventura. Un affair. O como dicen aquí, liarme.

Así como un hombre puede sucumbir ante un par de suculentos atributos en una chica de veinte años o una señorita decente y bien educada puede sentirse turbada por un gañán de deslumbrante musculatura, yo me he fugado con una comedia en tres actos y cuatro personajes.

¿Y quieren saber algo?
¡Me estoy divirtiendo como vil enajenado!
Es como una especie de compulsión... y estoy muy contento con los resultados.

Esta es una comedia, pero lo digo en el sentido cómico no-vulgar. No es el tópico de los enredos, las identidades equívocas y los saltos de cama (aunque la obra comienza y termina precisamente ahí). Siempre he tenido una curiosidad enorme acerca de cómo las parejas se conocen, cómo deciden que van a compartir su vida, o al menos, un momento definitivo de ella. De ahí que deje suelto a mi imaginario y juegue con las posibilidades. Lo estoy gozando tanto que cortos se me hacen los días y no me alcanza el tiempo... pero creo que va a rendir fruto en una jugosa manzana.

Voy a ver hasta donde llega mi romance secreto, mi nueva aventura furtiva. Pero lo que sí sé es que con un poco de suerte... con un poco de suerte... puede que la alcance a ver en escena antes que termine este extraño, complicado, vigoroso y formidable año.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya...

Lo del teatro ya lo sab+ía aunque sin muchos detalles.

Pero que te des a la fuga con una obra de 3 A y 4 P, !esa si que es toda una novedad!

Entonces, pues mucha suerte (y apartame dos boletos para el estreno jejejeje).

Anónimo dijo...

Wow! Una obra de teatro, yo no sabría ni por donde empezar.

Abrazos my dear

Viviana en vivo dijo...

El teatro ha sido también una de mis grandes pasiones.

Especialmente en mi adolescencia.
Escribí muchos intentos. Desde las pastorelas que representábamos con mis primos hasta una adaptación de
"El chavo del 8" que hicimos en cuarto de primaria.

He leído cantidades de obras. Y nunca deja de fascinarme el poder de interpretación que tienen los actores de un texto.

No se si yo hubiera podido ser una buena intérptrete. Lo que si se es que siempre leeré teatro.

Así que no puedo esperar para ver el resultado de tu "affair"

Besitos

Anónimo dijo...

A mí lo que más me gusta de tu affair es haber leído esta frase:

"me estoy divirtiendo como un vil enajenado"

Ya eso nomás, hace que quiera leerla (que verla, ya sería un lujo que no creo... pero uno nunca sabe!), porque algo escrito con tanto disfrute merece ser leído.

Besos!
P.

Anónimo dijo...

Darling,

WOW y mas WOW en verdad que estoy ansiosa, me emociono y lloro; ya se que soy un poco dramatica, pero que caray...te quiero.