domingo, 11 de febrero de 2007

El Alarido de la Mariposa




Sylvia Plath llegó a mi vida un día en 1990. Fue por accidente. Nunca se marchó.

Leí La Campana de Cristal en ese entonces, así que a diferencia de muchos, la descubrí como narradora antes que como poeta. Y me atrapó al hablarme de un mundo que yo ya conocía y que conocía bien: yo también había estado roto y del otro lado de un cristal.

Posteriormente, ya como universitario, fui descubriendo la historia de Sylvia [y Ted], y su obra poética, desgarradora, enternecedora, deslumbrante, plena de fuerza emotiva y de una gracia insondable para construir con lenguaje.

Colin White, entonces director de mi carrera de Letras Inglesas, me miró con algo parecido al desprecio, cuando externé mi deseo de escribir mi tesis sobre Sylvia. Neurotic American!, fue todo lo que dijo. Luego me enteré que en su tiempo, había sido buddy buddy de Ted y que por lo tanto, pertenecía al otro campamento.

Creo que yo no tengo los pies en ninguno de los dos. No soy Pro-Sylvia ni Pro-Ted. Simplemente me gusta más leerla a ella.

Cada 11 de febrero, me tomo un instante para recordarla. Pienso que, si quizás las cosas hubieran sido distintas, tal vez nos habríamos conocido. En Octubre, Sylvia cumpliría 75 años. Hoy, cumple 44 de haberse salido con la suya.

Aunque Daddy ("You do not do, you do not do...") es acaso su poema más famoso y me lo sé de memoria como para recitarlo, no es exactamente mi favorito. Esa distinción le corresponde a Mad Girl's Lovesong, una especie de villancico que escribió en 1955, antes de conocer a Ted y después de su estancia bajo la mentada campana de cristal.

Hoy pienso en Sylvia y para ella, este modesto ramo de margaritas.

Para ustedes: ese poema que aprendí a amar y que encierra muchas verdades secretas aún hoy, al menos para mí.

I shut my eyes and all the world drops dead;
I lift my lids and all is born again.
(I think I made you up inside my head.)

The stars go waltzing out in blue and red,
And arbitrary blackness gallops in:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I dreamed that you bewitched me into bed
And sung me moon-struck, kissed me quite insane.

(I think I made you up inside my head.)

God topples from the sky, hell's fires fade:
Exit seraphim and Satan's men:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I fancied you'd return the way you said,
But I grow old and I forget your name.
(I think I made you up inside my head.)

I should have loved a Thunderbird instead;
At least when spring comes they roar back again.

I shut my eyes and all the world drops dead.
(I think I made you up inside my head.)

Y la versión en español:

Cierro los ojos y el mundo muere;
Levanto los párpados y todo nace de nuevo.
(Creo que en mi mente te inventé).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas tocado por la luna, me besaste hasta enloquecer.
(Creo que en mi mente te inventé).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se apagan:
Escapan serafines y siervos de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y de tu nombre me olvidé.
(Creo que en mi mente te inventé)

Debí haber amado a un Thunderbird, en vez de a ti;
Al menos cuando la primavera llegue rugirá otra vez.

Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que en mi mente te inventé).

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