domingo, 4 de febrero de 2007

Reader, Meet Author


Este ejercicio revelador, lo vi por primera vez en un blog que visito y me llamó la atención, como lentejuela a una urraca; por lo que sé, hay quienes lo han realizado, muy disciplinadamente, con cien incisos. Tal vez yo podría hacerlo, pero no sé si llegue.

Lector, conoce al autor.

Morrissey lo dijo antes en 1995, añadiendo: With a hope of hearing sense/but you're maybe feeling let down by the words of defense/No one ever sees me when I cry....

Así pues, si me lo permiten, quisiera que me acompañaran en este periplo.

(Honor a quien honor merece. Gracias, Mario)

1) Yo no me llamo Miguel Cane. De ahí que éste blog tenga el título que ostenta.

2) O bien, sí me llamo Miguel (mi nombre completo es Ernesto Miguel Pulido Alonso). El Cane, es una invención surgida de múltiples necesidades. Me llamo Ernesto Miguel, por mi padre y su padre, que también era mi padre.

3) Mi abuelo Miguel era quien me llevaba al cine. A él le debo éste vicio. Y el de la lectura. Fui criado por él y por mi abuela María. Tuve dos padres y dos madres. Al principio, muy al principio, creía que todas las familias eran así.

4) De pequeño, pintaba al óleo y acuarelas. Hace muchos años que no lo hago, pero lo recuerdo como algo que me entusiasmaba mucho.

5) La primera película que vi que no fuera de dibujos animados es Breakfast at Tiffany's. No supe a qué se dedicaba Holly Golightly, hasta muchos años después. Ahí, me enamoré de Audrey Hepburn.

6) Me gusta caminar y perderme en las ciudades. Creo que se puede decir que uno realmente ha visitado una ciudad, cuando ha estado recorriendo sus calles, sintiendo el murmullo de su gente. A veces tengo la idea de que las ciudades (empezando por ésta) tienen vida propia.

7) No sé tocar ningún instrumento musical. Pero me habría encantado aprender a tocar piano. ¿Quién sabe? Tal vez aprenda un día, si me decido. También he fantaseado con la idea de practicar boxeo. Y creo que no estaría nada mal...

8) Mi mejor amigo de la infancia, se llama Zhabiani Aguilar. No nos hablamos durante más de 10 años [entre 1991 y 2002]. No hemos vuelto a ser lo que fuimos, pero somos cordiales cuando nos vemos. Moralmente, fue el equivalente a mi hermano los primeros siete años de mi vida y siempre lo veré con afecto.

9) Casi nunca regalo un libro que yo no haya leído antes. Suelo contagiar mis vicios y aficiones literarias con presteza. Me gusta creer que no he errado (mucho) hasta ahora.

10) Tengo una hermana menor: Mónica Alejandra. Nos llevamos mucho mejor ahora, que somos adultos. Cuando ella crecía, tuvimos unas cuantas grescas monumentales. No se lo digan, pero es mi adoración, aunque si se entera, no habrá quien la aguante.

11) Detalle curioso. Lloro cuando no debo y cuando se esperaría que derramara alguna lágrima, no lo hago. No sé llorar en público. Antes podía, ahora me provoca una especie de parálisis, aunque lo hago en la oscuridad de los cines. La última vez que lloré en el cine y tuve que morderme los labios para no hacerlo a gritos, aunque tenía un río corriéndome por la cara, fue con Hijos del Hombre de Alfonso Cuarón. Desde el principio hasta el final, me estremeció por completo. Creo que es una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo.

12) Y lo veo todo. Aunque ahora me doy el lujo de obviar cierta mierda comercial; pero a veces, por mi trabajo, es imposible. Veo también muchas películas en mi cama. Por lo regular, una por noche (vean las ojeras).

13) Comparto mi cama con un Okapi. Esto es una reincidencia de hábito. Entre 1975 y 1979 compartí cama con una jirafa. Se llama Rita. Aún existe, aunque ya no dormimos juntos. Pero no podría separarme de ella.

14) Guiso de maravilla. No es hipérbole ni vanidad. Hay por ahí algún testimonio al respecto.

15) Nunca aprendí a pelear con las manos. Básicamente aprendí a defenderme con la boca y desde muy joven descubrí que la palabra adecuada, dicha en el momento preciso y sobre todo, en el tono eficaz, puede ser más devastadora, que una patada en los testículos.

16) Mi insulto preferido es "pendejo" (como en "Yo no te debo nada, ¡pendejo!"). También digo mucho "pinche" y "piruja". Aunque cuando lo digo, no es como insulto, sino como definición.

17) Soy suicida fallido. No me arrepiento, pero me alegro de haber fallado. Era muy joven; me habría perdido de muchas cosas muy importantes que sucedieron posteriormente y que han modificado mi vida por completo.

18) Cursé la secundaria en una escuela ultraconservadora y supercatólica de la extrema derecha. Yo provenía de seis años en un Montessori. No necesito elaborar los detalles, pero puedo decirles que Buchenwald no era muy distinto. Mis primeros cuentos los escribí ahí. Es una razón por la que volvería ahí, de volver a vivir esa etapa de mi vida.

19) También ahí conocí a Jesús [Menéndez, no el otro], que es aún hoy, una figura importante de mi vida y una de las personas a las que más quiero en el mundo. Y él lo sabe. Es mi carnal.

20) Soy alérgico al mango, la guayaba, la papaya (¡ni en champú!) y toda fruta aromática. La única vez que me obligaron a comer mango, me puse tan mal, que me regresaron a mi casa casi deshidratado. Tenía como seis años. Arruiné la moqueta de la casa donde era la fiestecita. Linda Blair hubiera palidecido de envidia.

21) Puedo decirlo sin afán de ofender: tengo una familia extensa, pero por mucho, mientras crecía y aún ahora, del lado paterno, mis tíos favoritos fueron mi Tía Cristina y mi Tío Mateo (que falleció en 2005). Tengo algunos primos que son como mis hermanos (Kike Alonso, Donají, Sofía, Ulises) y otros a los que de plano, desconozco y sería capaz de negar, como San Pedro.

22) Viajo mucho en avión. Nunca me han dado miedo y ahora son una parte básica de cómo me gano la papa. Sólo una vez he viajado en primera y fue algo extravagante. No me gustó. Cuando vuelo, suelo leer o escuchar música. Procuro evitar ver películas en aviones; habitualmente son una porquería.

23) La primera ciudad europea que conocí y aprendí a amar es Londres. Me gusta pensar que puedo recorrerla con cierta facilidad y sin perderme. Ya no tengo amigos ahí, pero los tuve a finales de los 80. Fui muy feliz mientras duró, pero hoy no tengo idea de dónde estarán. Me habrán olvidado por completo y para siempre, pero yo no.

24) Tengo buena memoria. De hecho, es una memoria excepcional; hay quienes lo afirman. Esto tiene sus ventajas y desventajas: es prodigiosa, pero se rehúsa a ser selectiva. Lo mismo puedo recordar cosas que me llenan de alegría como experiencias muy humillantes. Lo malo es que éstas tienen la mala costumbre de resurgir cuando menos me imagino y tengo que meterlas rapidito y de buen modo bajo la alfombra.

25) Nunca me gradué de la Universidad (soy de la UNAM), ni pienso hacerlo ya. Lo que estudié, no tiene ninguna relación con la carrera profesional que hize, partiéndome el lomo. Antes me sentía culpable por no tener un título. Hoy puedo decir que me resulta insustancial y hasta irritante la idea. Mi verdadera profesión la perseguí en otras partes, lejos de la burocracia y de los vetustos y rígidos planes de estudio. Aunque admiro a todo aquél que persigue sus estudios con fervor.

26) A propos: soy anaritme. No puedo alcanzar a comprender el lenguaje matemático complejo. No sé cómo pude acreditar álgebra. Es de las cosas que no puedo recordar, que no son muchas.

27) Hablo inglés con relativa fluidez y puedo darme a entender, muy rudimentariamente, en francés y en italiano. Creo que ese es el idioma que quiero aprender ahora. Nunca descarto la posibilidad de irme un día a Roma, a vivir.

28) Soy muy hábil para enjoyar elefantes (un eufemismo que uso para "decir mentiras"). O bien, se puede decir que soy un fabulador profesional. Siempre he pensado que los escritores somos los mentirosos de Dios.

29) Aunque no creo mucho en esas cosas: soy Géminis y nací en el año del Tigre.

30) El 9 de Junio, habré llegado a la edad de Cristo.

31) Durante doce años, fumé diariamente (o casi), una cajetilla de cigarros mentolados. Cuando me decían que "eso te dejará estéril", yo respondía "no vivo para la reproducción, sino exclusivamente para mi placer".

32) Esto no es ahora ya del todo cierto. En algunos años, me gustaría tener un hijo. Ya sea mío, o adoptar un pequeño o pequeña. "Habría que ver un hijo tuyo," me dijo un amigo. No fue exento de un cierto escepticismo.

33) No soy fácil de tratar al principio, y antes lo era aún menos. Siempre he tenido una personalidad que para algunas personas resulta abrasiva (y hasta tóxica), pero después -- si la persona en cuestión es paciente- descubren que no soy tan peor (Creo).

34) No sé aceptar un regalo ni un cumplido. Me cuesta mucho trabajo. Me da pudor.

35) Sin embargo, me gusta mucho hacer feliz a la gente. Creo que soy bueno haciendo regalos: casi siempre encuentro cosas que sí sorprenden. No sé por qué hago esto. No me pregunten.

36) Las tres personas que me habría encantado entrevistar y que me ganó la muerte, son Ingrid Bergman, Audrey Hepburn y Alan Bates. Los tres también son parte de mi extensa galería de amores platónicos.

37) Soy más platónico que pasional. Hay quienes me han llamado frígido. Vale.

38) Tengo que dormir con almohada de plumas. Las de fibra sintética no me acomodan nada. Aunque igual duermo con ellas si no hay remedio.

39) Para mi pesar, ronco. No mucho, pero...

40) Leí 1984, de George Orwell, en 1984. No sabía muy bien qué ocurría al principio. Fue un día de vacaciones. Acabé profundamente afectado y mi pobre abuela no conseguía explicarme qué era un estado totalitario. Fue un trauma doble.

41) Me gusta comprar zapatos y a veces soy muy consciente de mi atuendo. Hay quienes dicen (bajo presión) que uno es elegante.

42) Lo cierto es que toda la vida quise tener una pañoleta de Hèrmes. Ahora la tengo y además es con un dibujo de jirafas. Fue cosa del destino, supongo. La uso en ocasiones especiales.

43) Tengo más amigas mujeres, que amigos hombres. A todos los quiero muchísimo, aunque me cuesta trabajo demostrarles qué tanto (soy un poco torpe para esas cosas).

44) Alguna vez le propuse matrimonio (por carta) a una mujer. No entraré en detalles.

45) No sé explicar por qué le tengo tanto amor a El Bebé de Rosemary. Supongo que tiene que ver con el contexto histórico en el que la leí y la vi por primera vez. Me produce no terror (que nunca), sino una especie de profunda ternura.

46) Le tengo un miedo patológico a toda clase de aves, particularmente, gallinas, gallos y pavos. Curiosamente, no me asustan ni los patos ni los pingüinos. Fobia selectiva.

47) Siempre uso el mismo perfume: Manifesto, de Isabella Rossellini. Hay quienes me identifican por mi aroma aún antes de verme. Ahora que lo han descontinuado, se ha vuelto cada vez más escaso y me temo que tendré que cambiar, después de seis años de uso (Y no quiero).

48) No puedo andar en bicicleta ni puedo patinar. No es por capricho. Se me reventó un tímpano por fiebre a los tres años y no tengo mucho sentido del equilibrio -- aunque mi abuelo se esforzó para que yo aprendiera a montar a caballo y saltar. Y puedo hacerlo... o podía.

49) Podré renunciar a un amigo, o a un amante. Pero jamás a un helado de menta con chocolate.

50) No quiero sonar petulante, pero creo que he sido afortunado. Creo que he cumplido todos o casi todos mis sueños y eso me hace a veces sentir muy satisfecho y otras, inquieto por más. Persigo activamente mis sueños, pero procuro no pasar por encima de los demás (eso me lo enseñó mi madre).

51) Lo más bonito que me han dicho, o al menos, una de las cosas más significativas que me han dicho, me lo dijo Jack, en una acera, antes que yo me fuera para Egipto. Me dijo que soy un buen hombre. Creo que entra en el top 10 de cosas que me enorgullece haber recibido.

y ya, me he expuesto demasiado por hoy.

Si han llegado hasta aquí, gracias de corazón.
¡Qué admirable paciencia!

No llegué a los cien... quizá otro día.

7 comentarios:

Mariluz Barrera González dijo...

Miguel, realmente eres un buen hombre.
Y agradezco a la vida el que hayas fallado en aquel intento de acabar con tu existencia, sino no hubieses nunca entrado a formar parte de la mía, haciendola con tu intervención crecer cada día. Por que de las personas que conocemos algo de ellas nos pertenece y viceversa, y como en una ocasión te dije no es usual encontrar personas que honestamente dejen huella.

Y con respecto a tener un hijo, te digo queno te arrepentirás, es una experiencia digna de vivir, no son nuestro reflejo, pero son una pregunta abierta de nosotros hacia el destino, que con su existir se multiplica en millones de preguntas que jamas dejamos de contestar o a las que mejor aun nunca encontramos respuesta.

Un beso mío y de mi Adda Sofía, mi pequeña de 3 años.

Anónimo dijo...

No te imaginás las coincidencias... pero en serio! Qué increíble, a veces he tenido la sensación de intuir a quien está detrás del monitor, si me guío por las coincidencias diría "yo no creo en brujas pero..."

Y sí, sos una buena persona, un buen hombre. Me permito decir que doy fe. Gracias por descubrirte y dejarnos ver algo más.

Un abrazo
Patricia.

Anónimo dijo...

Por cierto, este finde vimos Desayuno con diamantes, peli que no había visto nunca y de tanto oirtela nombrar...
Me encantó, y la banda sonora..., pues que te voy a contar que tu no sepas ¿verdad?
B7s

Miguel Cane dijo...

Querida Mariluz,

Gracias por el comentario.
Efectivamente, cada día me siento más contento de no haber logrado lo que (a los 16) me había propuesto.

Me rompí, no cabe duda, y me pegaron con diurex, pero ¿sabes algo? Uno sana. Yo siento que he sanado. Me siento ahora más completo e íntegro que antes. Y creo fielmente en la fuerza del destino.

Y sí, quiero un hijo. O una hija. No sólo alguien a quién amar, sino también a quién darle alas para volar, como yo las recibí. Si adopto, ¿sabes? me gustaría que fuera un niño o una niña no recién nacido. Me explico: esos pequeños son rutinariamente abandonados en las casas hogar, porque no son bebés. Y muchas veces, esos niños son quienes más amor pueden necesitar.

Pero todo eso son castillos en el aire, amiga. Yo aún no estoy en posición de solventar los requerimientos de un hijo.

No tengo tampoco, me temo, la madurez para hacerlo. Quizá en diez años. O quizá en menos. O nunca... pero de que la idea existe, ahí está.

Un cariño hasta Campeche para tí y para Adda Sofía.

Miguel Cane dijo...

Querida Patricia/Penélope:

Como decía la canción, tanto tiempo, tanto espacio... y coincidir.

¿Qué puedo decirte?
Yo me siento muy honrado de que lo dicho aquí te sirva para completar el retrato encarnado que ya conocimos.

Un beso grande, grande.

Miguel Cane dijo...

¡Faraona!

¡Ya sabía yo que íbais a flipar en colores! ¡Pero qué ilusión, home!

¡Cómo me alegro! (y bailoteo)

Ahora que vaya a Castellón City (o que tú me visites en mi Finis Terrae) podremos escuchar a la Hepburn cantando MOON RIVER

¡MUCHOS besoooos!

Anónimo dijo...

Sorpresas te da la vida Miguel!
Hace muucho tiempo te leía en el universal, cuando escribías de tus viajes, tus amigos y Morrisey!!.
Y me identificaba con muchas cosas que publicabas, pero JAMÁS me imaginé que fueras Ernesto Miguel Pulido Alonso!, dado que al personaje antes mencionado tenía unas ganas de darle una tunda!, si por rayar sus libros!!... Qué pequeño mundo Miguel, tengo Muchos libros que fueron de tu propiedad como The Dark Half y The Throat, y antes de deshacerme de ellos decidí averiguar quién era el que rayoneaba los libros con sus iniciales.
Anyway! ya decía yo que teníamos algo en común.
Saludotes.
Luis.