Honeymoon Suite
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De ella realmente no sabemos el nombre [podría ser Claudia, o Susan o Alexandra, o Jane, o Eva...] (la interpreta Natalie Portman).
Están en la habitación 403 del Hotel Chevalier de París, en pleno Champs Elysées (lo interpreta el Hotel Raphaël *****).
Antes, en otra ciudad, fueron novios. O amantes. O algo -- fueron algo.
Ahora, sólo tienen veinticuatro horas para estar juntos en la habitación, quizá bajo las sábanas, quizá no. Una noche solamente, para reestablecer los lazos o soltar las ataduras; para saber si se aman, o si no se volverán a ver.
Todo esto acompañado por un menú de sándwiches de queso fundido y Bloody Marys.
Y la ansiedad por el día que vendrá después.
Y una deslumbrante vista de París.
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El corto tiene los elementos que son rúbrica en películas de Anderson -- como Los Excéntricos Tenenbaum o La Vida Acuática-: un lugar que aunque parece real es totalmente imaginario, diálogos auténticos y un tanto amargos, vestuario sin época definida, una estupenda selección musical [hace excepcional uso de la balada sesentera Where do you go to, my lovely? del casi totalmente olvidado Peter Sarstedt, poniéndola de moda de nuevo] y un humor que se trata de disfrazar de involuntario.
Natalie Portman (que evoca a Mia Farrow circa 1968 y causó mucha controversia porque es la primera vez que aparece desnuda en cine), luce llena de gracia en su rol como la misteriosa Fille Fatale que le rompió el corazón a Jack (y que probablemente tenga el corazón roto también), mientras que Schwartzman hace una interpretación llena de matices pese a lo breve de la duración.
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El cine de Wes Anderson -- de quien he sido admirador desde que vi hace cinco años Los Tenenbaum y un poco más tarde su filme anterior, Rushmore,- es para mi como una caja de sorpresas: siempre hay algo que como espectador me habla directamente, me apasiona, algo que me desconcierta, algo que súbitamente me conmueve y este cortometraje no es la excepción. Después de estar en esa suite de un hotel que existe y al mismo tiempo no, surge la sensación de ser partícipe silencioso en una ceremonia secreta.
Y de eso, de eso es que se trata el cine. De ser cómplice de la historia que se desarrolla ante nuestros ojos.
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Saludos!
Saludos