Retratos: Mars/Estefi

Muchos que han leído Todas Las Fiestas... me han preguntado quién es Estefanía Larios, o bien, para sus amigos, Estefi.

¿De dónde salió? ¿De verdad existe?

Yo siempre contesto que Estefi -- ostensiblemente la protagonista femenina de la novela y al parecer uno de los personajes más populares del libro entre los lectores- es un composite, una especie de collage narrativo, realizado a base de muchas mujeres que he conocido en mi vida, la mayor parte de ellas amigas mías muy cercanas y muy íntimas, así como también es en parte un ser ilusorio, con un poco de algunos iconos de mi (pálida y temblorosa) juventud y -- esto es inevitable- también en parte, Estefi es yo mismo.

Aunque lo cierto es que, en una buena parte de las ideas, nociones y sentimientos expresados por (y el físico al cien por cien), Estefanía están inspirados en mi amiga Marcela, a la que sus cómplices conocemos bajo el alias de Mars.

Como Luciano y Estefanía, ella y yo nos conocimos en la adolescencia, sentados en una sala de espera y sí, yo estaba leyendo Drácula. No recuerdo bien cómo fue que comenzamos a hablar, pero lo cierto es que yo le dije que de todos los monstruos inventados por la humanidad, el único que tenía un vestigio de dignidad y una naturaleza trágica era el vampiro.

Ella me dijo que era fan de Anne Rice (Sobrevivimos a eso).

No puedo negar que me sorprendió que surgiera entre nosotros un lazo afectivo tan fuerte, que además llegó a incluir a su madre, Kathy, y a su hermana, Mónica (una de las mujeres más dulces y sensibles que haya conocido nunca), y que se haya mantenido por más de quince años vigente.

Hoy, Marcela vive en Austin, Texas. Es una ejecutiva importante para una compañía internacional de bebidas y es una mujer completamente independiente, responsable y madura, muy diferente a la chicuela que conocí y que se acercó a mí porque quiso (ella me eligió como amigo, cosa que todavía hoy me sorprende). Además, hoy es su cumpleaños.

Hace mucho tiempo que no nos vemos, pero eso no quiere decir que no piense en ella, que no la recuerde con cariño y sobre todo, más aún cuando ella tuvo la gentileza de prestarle su aspecto, su belleza exterior (que palidece ante la interior) a Estefi, uno de los personajes que más he disfrutado creando.

Hoy, cuando sea una hora decente en Texas (¡Ay, las diferencias horarias!) le voy a llamar y le diré todo esto que ahora pongo por escrito. Y sé que ella se reirá y que un día vamos a vernos de nuevo y será un poco como si Luciano y Estefanía volvieran a encontrarse, quizá en otra sala de espera, hablando de vampiros.

Te quiero, Mars.
Y a Estefi también.

Comentarios

Anónimo dijo…
¡Un saludo señor! Lo sigo leyendo en silencio.
Sebastiana dijo…
A mí me gusta el nombre de una de las hermanas de Estefi, jejeje.

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