El pequeño león con gafas
De eso ha pasado mucho tiempo, pero me acuerdo bien. Tanto como recuerdo una tarde de lluvia en el Café Caracol -- yo llorando, igual no llovía- y el té con leche y su comprensión dulcísima y su solidaridad mientras yo me disolvía. Su entereza ante mi desconcierto y mi temor y su apoyo y sus directrices para poder salir de ahí sin más lágrimas y hasta sonriente.
Igual recuerdo cuando vine la segunda vez, verlo al otro lado de la calle, en Madrid -- nos conocimos en Madrid, los tres, ¿recuerdas?- el mismo día que yo había llegado. Y recuerdo el tren y recuerdo la playa -- siempre con Jack, claro, siempre fuimos (¿somos?) tres como los Stooges, los Mosqueteros, los Caballeros y las Hermanas Chekhovianas- a medianoche y sus amigos los gemelos franceses que (según yo) eran gigolós que se intercambiaban o bien, se contrataban con alguien que tuviera la fantasía de estar al mismo tiempo con dos personas idénticas.
Con Lusin me reí y lloré y vi películas (¡en Festival!) y caminé muchísimo y conocí mi barrio, antes de que fuera mi barrio. Él es, lo sabe, uno de los síntomas -- no causa, pero síntoma- de que yo esté aquí.
Gracias a su generosidad y sensibilidad, he abierto mis oídos a otras músicas (le debo haber descubierto a Arcade Fire, por ejemplo) y su poesía -- sí, es poeta- me resultó sumamente inspiradora, hasta el punto de integrarse a mi trabajo.
Ya conoce a mis padres, mientras yo viajaba por Egipto, comió y durmió en la casa en que vivíamos (la casa en que crecí), mientras viajaba por México, en pos de un espejismo que se hizo real. Es de espíritu inquieto y viajero. Supongo que un día me escribirá desde Dibjouti o Samsara o Tierra del Fuego. No lo sé, pero lo intuyo: va a echarse a volar.
Es el más joven de mis amigos, y con él tengo un lazo de confianza que me honra (sobre todo, porque otros podrían haberme temido y lo han hecho -- no soy temible, pero no soy ajeno a inspirar miedo tampoco). Es generoso y es tierno como un niño, pero también es enérgico y vivaz y sensacional. Y paciente y sereno y lleno de furia cuando hace falta.
Hace algún tiempo, me hizo prometerle algo, que cumplo todos los días sin falta. Él sabe lo que es.
Le debo mucho y con esto no comenzaría ni siquiera a pagar el depósito. Es el más pequeño de mis hermanos y el más grande de mis hijos. Es mi amigo, es el pequeño león con gafas. Y estamos -- porque los que lo queremos somos muchos- muy orgullosos de él.
Feliz cumpleaños. La muchachada te piensa y te quiere.
Y estas canciones, a manera de modesto ramo de margaritas, son para ti.
Felices los felices, Kimba Baby.
celui qui est mon petit lion bien aimé ?
Comentarios
Abrazos,
león con gafas
te digo mis fechas de cumpleaños por si acaso? No, vas a decir que soy un resbaloso. Sabes que anoche...? Hm, mejor lo digo en privado.