Sequía
Supongo que ya no puedo seguir ocultándolo.
Estoy en un periodo de sequía.
Tal vez ustedes no lo noten, siendo que este blog crece cada día (mi vida se acorta donde mi memoria se alarga), y también siendo que, para tratarse de un inicio de año, hay mucha actividad en mi ámbito profesional [muchas entrevistas, prospectos de viaje, revitalización de mi Blog en Milenio.com, colaboraciones en nuevos medios y algunas propuestas interesantes].
Pero estoy seco.
Desde hace no sé cuantas semanas no puedo acercarme a algo que era muy importante en mi vida, tanto creativa como real.
Me refiero en parte a una novela que he estado escribiendo desde la primavera de 2005 y que es, probablemente, algo de lo que más amo de todo lo que he escrito hasta ahora: la trama en la que más de mí he puesto, más he batallado por abordar y más he soñado.
Estoy seco. No tengo nada para acercarme y cuando lo hago, es más bien como un fantasma que ha convertido a esas cuartillas, a esas líneas y palabras, en el lugar de las visitaciones.
No sé por qué, pero no puedo hacerlo ahora.
Estoy roto.
Algo se me rompió de pronto, sin darme cuenta y no sé qué hacer para arreglarlo.
No quiero lástima ni compasión, porque yo no me la tengo. Pero en este momento, me siento como un hombre de mimbre que arde y que pide por lluvia, para escribir.
O bien, no escribir per se, sino poder volver a personajes que amo, a los que me debo también.
No sé qué me pasa, qué me pasó.
Anoche, durante una cena, alguien me preguntó, "¡Escribes! ¿Qué escribes?" y lo dije: hago crítica de cine cada semana para un diario nacional; escribo entrevistas que yo mismo hago (casi siempre en inglés, por lo que las tengo que traducir al castellano y esto implica -- no lo había pensado- escribirlas dos veces), hago artículos de fondo -- el más reciente, cómo Hollywood vuelve sus ojos al Este- y perfiles de artistas (uno de varias páginas sobre Madonna que ha sido portada para una revista femenina, es decir: un nuevo campo para explorar), amén de esta extraña y maravillosa bitácora, que se ha convertido en uno de los motores de mi día-con-día, una satisfacción sorpresiva y lo que preparo para antes de acostarme, el cierre de mi jornada rendida.
Todo eso escribo.
Pero no puedo escribir algo que me hacía feliz escribir y que antes hacía sin esfuerzo alguno y ahora no puedo y quiero, pero no sé por qué no puedo volver. Ya dije, algo se rompió; acaso una puerta en mí se cerró de una corriente y no puedo abrirla. No puedo encontrarla.
No puedo escribir lo que me gustaba más, lo que me hacía sentir dichoso y orgulloso y que era mi lujo y dicha, algo que me provocaba inmensa alegría nada más de pensar.
Ahora, dios no quiera que permanentemente, no puedo ni pensar.
Y me duele -- ahí está ya, lo dije-, me duele porque antes sólo era cosa de concentrarme y hacer el tiempo, hallar el momento y las palabras mágicas para comenzar.
¿Qué lo causó?
No lo sé.
¿Volveré a escribir? ¿O se acabó esto?
Tampoco sé.
Sólo me queda esperar. Aquí, muy quietecito, sin moverme (no puedo ni moverme a veces), esperar a que se disipe la penumbra. A que se encienda de nuevo la luz y pueda volver al sendero que fui armando con piedras suaves y lisas, como de río.
Volver no sólo a ese mundo ficticio, sino volver a lo que me hacía feliz.
No que el Alias Cane no me haga feliz, no que mi trabajo no me haga feliz, no que mi vida -- ahora más que nunca en constante flujo- no me haga feliz.
Pero algo me falta.
Y no sé cómo lo voy a recuperar. O si así va a ser.
No tengo miedo. Ni amargura.
Sólo esta vasta sequía. Aquí, por dentro.
Comentarios
2) No le des importancia.
3) No escribas mentalmente la historia de un escritor en sequía cuando pienses en todo esto.
5) No hables de ello. Ni te hables demasiado de ello.
6) Limítate a estar en escucha atenta.
7) Desvincula la vida de la novela de cualquier anécdota de tu propia vida a la que hayas podido conectarla. Concédele vida propia.
8)No malgastes la herramienta con la que has de escribir en blogs como éste. No seas demasiado pródigo con ella. Al fin y al cabo, ya la tienes que usar a diario en tu trabajo. No abuses más del lenguaje, porque también tiene una vida, unos límites, y se desgasta.
9) Para un narrador nato como tú es difícil, lo sé, pero no narres todo aquello que dices.
10) Una vez más, no tengas prisa. Recuerda a Machado: "El arte es largo, y además no importa"
JC
Algùn acontecimiento pròxio puede ser el detonante para que regreses..te lo digo yo.
Abrazos Canito.
Nyman
Hablaba hoy con una amiga también escritora y me dijo que lo más probable es que sea, al menos parcialmente, el estress de mudarme, no sólo de casa, sino de ciudad, país, continente y hasta zona horaria.
Supongo que necesito disciplina, too.
Abrazos.
M
Tomo nota de los puntos.
Gracias.
Observo éste: (cito)
"8)No malgastes la herramienta con la que has de escribir en blogs como éste. No seas demasiado pródigo con ella. Al fin y al cabo, ya la tienes que usar a diario en tu trabajo. No abuses más del lenguaje, porque también tiene una vida, unos límites, y se desgasta."
Lo siento, pero no veo ojo-a-ojo aquí.
Blogs, "como éste", o en específico, éste, es el ejercicio de creación que me ha mantenido con suficiente gracia durante el periodo y no lo aprecio como un malgaste.
Esto no es mi trabajo (al fin y al cabo). Es algo de lo poco que en este momento hago por (y para obtener) solaz.
No obstante el disentir, aprecio el interés y agradezco los puntos.
Créeme; pasado el pánico, no hay prisa.
Benedicite.
Nota Bene:
¡Fan-tás-tico!
Absolutamente fantástico.
¿Cuál es el nombre, dices?
¿Machado?
[Soundtrack: mi risa y un guiño polanskiano]
No pienses en sequía. Yo diría más bien descanso, acumulación de fuerzas, toma de impulso...
No soy escritora, ya lo sabés... pero cuando uno anda con mucho entre manos, una pausa, un vacío aparente (aunque asuste), seguro que trae nuevos bríos.
Un beso
P.
Y sí.
El momento de sobresalto (arrastrado por avrios días) tuvo su brote hasta que estuve en medio de un evento social (una cena) y por lo mismo, regresé inquieto.
Hay muchos factores que hacen que uno se sienta extraño, se distancie de proyectos amados... pero eso no quiere decir que se deje de amar al proyecto.
Todo es cosa de caminar despacito.
Luego se coje el ritmo (uno supone).
Y eso de que no eres escritora...
jeje.
Por cierto, aprovecho para enviarte un cariño grande a ti y otro al Emilín, que su foto ya la recibí. Es un hermoso niño.
Un beso hasta el Sur del Sur.
M
Las crisis traen nuevos aires al talento, a la sensibilidad y si estas en sequia guarda cada sensación para despues transformarla y escribir sobre ella.
te quiero.
HB
Gracias, cariño. Lo sé.
Pero también son pasos que hay que dar, y aprender.
Te mando besos y te quiero,
lo sabes.
No niego que al leer este mensaje me saqué bastante de onda, así que, en medio de un insomnio por otros motivos, mejor me metí en éste.
Pero veo en los otros mensajes que la mayor parte de los consejos más coherentes ya está escrita.
Las causas probables... etc.
Así que sólo me queda añadir dos puntos, uno de los cuales no es mío pero creo que funciona.
El mejor viene de Hemingway...
Deja de escribir cada día, con la idea de cómo vas a continuar el día de mañana. De seguro, ya lo escuchaste por allí mucho antes.
El otro... Deja que el inconsciente trabaje por tí. No presiones a la razón a encontrar una solución en el momento. Deja descansar las ideas y que la mente se distraiga en otras cosas. Una cosa es basarte en experiencias reales y otra que te ganen quitándole su propia vida a los personajes. El puente entre ambos polos lo puede encontrar una mente despejada -mientras el inconsciente trabaja-.
Y se que saldrás de la sequía.
Son buenas recomendaciones y muy valiosas, por lo que las tomo con entusiasmo.
Ya voy tirando; completé dos capítulos que tenía sin redondear y ahora sí, ya estoy listo para volver a la piscina subterránea, para escribir sobre el llanto de la tortuga.
Un abrazo y mi gratitud, hasta
Fair Ithilién.
Veo que recibiste la foto, ya que te hablé de él aquella noche en tu ciudad, quería que lo conocieras. El sábado lo veré, y cargaré las pilas con esa carita.
Un besote!
Patricia
(que también te agradece esa fracesita inmerecida, que termina en "jeje").
Pues ni tan inmerecida... ¿Has considerado la blogósfera, en algún momento...?
Cariños para Emilín y para ti.
Besos desde acá.
M
(Que no "barrunta" el OCASO de nada... LOCAZO, más bien... pero eso ya lo sabíamos.
xo
Besos
P.
Besos otra vez.
P.
La modestia es una joya que no te sienta bien puesta, linda.
Así que nada. ¿Hay un blog por ahí? ¡No nos prives!
Muchos besos al Sur del Sur.
M