miércoles, 21 de febrero de 2007

Ser y no ser


Hay muchas cosas que uno es, y otras que uno (de plano) no es.

Conforme mis amigos me van conociendo, van descubriendo cómo soy realmente -- más allá del encanto aparente a primera vista, que me fue inculcado (lo admito) en mi infancia, como mi mejor carta de presentación. Hoy día, sigue siendo algo que es parte de lo que soy, pero no es todo lo que soy.

Soy alborotado, exagerado, teatrero (aunque esto no necesariamente significa que voy mucho al teatro, sino que significa que soy más bien teatral en ocasiones con mi comportamiento; aunque ojo, esto no significa que sea hipócrita, sino que soy muy teatral en mis gestos y actitudes, como si estuviera ante un público, ¿me explico?), arrebatado, polite [cuando me pongo muy nervioso, soy extremadamente polite], lo mismo espontáneo que calculador (aunque ojo: aquí calculador no significa frío, sino que mido los riesgos antes de lanzarme, pero no es todo el tiempo tampoco), estridente (sí), vibrante y jovial. Y a veces, abrasivo, vivaz (locuaz) y sensacional (ista).

Me han dicho también que soy bueno y dulce y sensible, pero eso no lo sé, porque eso no puedo medirlo yo: eso es cómo me ven los demás y lo perciben a través de mí. Yo lo tomo por parte de quien me lo dice como algo auténtico, pero no necesariamente es elogio en boca propia, que me enseñaron, es ultimadamadremente, un vituperio.

Como sea, hay cosas que no soy y entre ellas están: diestro con las manos, intrépido, cobarde o traidor. Tampoco soy hipócrita... o bien, alguna vez lo dije en público (y no crean, me remuerde la consciencia) porque no quise decir hipócrita, sino más bien, diplomático. Es algo que tuve que aprender con los años (y más cuando se es subordinado de alguien volátil, errático o de a tiro pendejo) y que implica el mantener una fachada serena y tolerante ante situaciones que uno detesta, pero que son mal necesario. A esto he catalogado alguna vez como hipocrecía, pero ser realmente hipócrita y mentir (no enjoyar el elefante, eso es otra cosa) con la sola idea de chingar, no. Eso si que no.

Como sea, esto viene a colación, porque estaba pensando hoy en lo que somos y lo que no somos y lo que mucha gente cree que somos y que resulta ser que no. En específico, lo que nos marca una separación de gente con quien tuvimos una relación muy cordial, incluso amistosa y divertida y hasta un tanto cómplice, pero que alcanza su límite ante circunstancias que no están en nuestras manos.

Un amigo mío, muy cercano, estuvo casado algunos años con una chica que me caía bien. El que mi amigo la amara -- lo suficiente como para tener un hijo con ella y hacerla su esposa- para mí era suficiente como para considerarla por extensión mi amiga. Y ella, sabiéndome tan cercano a su cónyuge pensó que mi buena relación con ella era sinónimo de ser su incondicional y que podía entonces desahogarse de todo lo terrible que mi amigo le hacía.

No diré que aquél era un modelo de rectitud ni un santo, pero las cosas de dos, son de dos y aunque no niego que soy cotillo (de lo peor), procuro no meterme realmente tampoco en asuntos de pareja... o bien, no intervenir demasiado más allá de apoyar.

La eventual separación de mi amigo y su esposa, fue algo realmente traumático para todos los involucrados (el niño, ella, mi amigo, sus familias y en cierta extensión, yo). En algún momento, ya separados, coincidí con ella y me acusó de deslealtad y de traición.

- Lo siento, pero no, corazón. El que avisa no es traidor.

(La otra): -¿De qué me hablas güey?

- Tú ya sabías que las cosas estaban mal, pero igual querías seguir en Disneylandia. No, chiquis. Así no se puede. Y no puedes acusarme de deslealtad ni de traición, porque en resumidas cuentas, mi amigo es aquél. Te compadezco por el mal golpe, pero tan responsabilidad suya como tuya. No te me vengas a rasgar las vestiduras ahora, que no te queda.

(Zaz. A lo mejor me vi medio hijo de la chingada en ese momento, ahora que lo pienso... y esa es una de las cosas que sí soy: encabronado, soy bastante ojaldrita, si puedo)

Como sea, ese fue un caso. Otro, más reciente, no tuvo los alcances de este, ni tuvo hijos involucrados, pero lo mismo, también me cabreó y me hizo marcar la raya, resultando en que me acusaran de mal amigo y de injusto.

No voy a entrar en muchos detalles, pero la cosa es así. Una pareja amiga mía (en este caso, ambos miembros lo eran por igual, lo que resulta importante) decidió separarse bajo circunstancias traumáticas también, incluyendo elementos bastante corrientes e inclusive hasta peligrosos.
Digamos que una parte -- movida por su juventud, su deseo de thrills (aunque fueran cheap thrills) y posiblemente (esto no me consta pero apuesto 5 a 1 a que así fue) mal asesorado por alguien ocioso e irresponsable- decidió lanzarse a la sombra refrescante del árbol del adulterio.

El problema de 200 kilos vino cuando decidió que se había enamorado del interfecto/a con quien tuvo su amour, pero jugaba a dos puntas, corriendo el riesgo de infectar a su pareja estable de una enfermedad crónica, sin decirle nada, hasta que decidió romper con su pareja de años de la noche a la mañana in the name of love.

Hay cosas que uno puede considerar tolerables y otras que no.
Pero existe un módico de respeto básico, básico, creo yo. Y hacer ciertas cosas no se vale.

Dejar a la persona con la que estás porque te has enamorado de alguien más, me parece a todas luces algo muy qui fort, pero dadas las circunstancias, inevitable y hasta comprensible.

Lo que me parece imperdonable (y conste que no se trata de hacer un lapidario juicio moral, sino simple y llano sentido común), es que pongas en peligro a alguien que te quiso/quería, y que la hagas sufrir por partida doble, al ser lo bastante irresponsable, como para exponerla no sólo a un contagio, sino a un trauma.

A la disolución de una relación, los amigos somos repartidos como libros, como plantas o como souvenirs. Éste para ti, éste para mí. Por desgracia es inevitable. Y a veces no hace diferencia, todo depende (cuando una amiga se divorció, lo único que yo lamentaba era no recordar la cara de su ex-marido, para poder patearle las pelotas y luego los dientes si me lo encontraba en la calle).

En esa ocasión, no fui repartido. Y tampoco es que tomara partido. Por simple sentido común (algo que me sorprende ver le falta a mucha gente en el mundo), apoyé a uno de mis dos amigos y acto seguido, la otra amistad (aún si era en muchos sentidos más estrecha) quedó en un impasse y eventualmente, se congeló.

Sé que este antiguo amigo (el hoy ex de mi amigo), me señala como injusto, como juez y verdugo; en su momento me criticó y lo acepto (dios sabe que yo he hecho exactamente lo mismo: criticarlo a él y criticarme a mí mismo). Pero no seré acusado de ser injusto por eso.

Todos somos responsables de nuestros actos.

Un mínimo de sentido común ayuda y aunque hay veces que no podemos hacer nada para prevenir la debacle (como nos sucedió a varios con un monstruoso cyberstalker), siempre puedes detenerte a pensar en los demás. Igual puedes recibir un mal consejo de alguien ególatra y estúpido (nunca falta alguien así), pero también debes ejercer tu propia autocrítica. Pensar por tí mismo.

Así, alguna vez me volví desconocido para algunos y he aprendido a vivir con ello. ¿Que soy muy duro? Igual y tal vez lo soy.

Pero sí hay algo que no soy y eso es mal amigo.

Prefiero volverme un extraño, antes que eso.

16 comentarios:

Nyman dijo...

Cierto, por lo que comentas en el segundo caso, tu amigo (con el que conservas la amistad) no se lo merecía. Por tantas cosas que seguramente pasaron juntos, igual y por respeto a las respectivas familias que seguramente apoyaron incondicionalmente la relación. No sé, muchas veces dicen que lo que se hace se paga y yo estoy convencido de ello, pero mira, más allá de conservar rencores (que son dañinos siempre) lo que se debe atesorar en el mejor de los casos, son los momentos padres.

Supe de un caso similar al que cuentas, con ligeras variantes y te cuento rápido para que veas como funcionan de repente estas intrincadas relaciones humanas: Ambos compartían como hobby visitar un lugar para divertirse. Acordaron que independientemente de lo ocurrido, ese pequeño punto de contacto seguiría...¿puedes creer que en poco tiempo empezó a llegar la persona infiel con el interfecto como si nada hubiese pasado? Ah y eso no es todo, encima de ello todavía el interfecto le manda una cartita al abandonado diciéndole: "pido perdón por mi y por todos mis compañeros" como si eso bastase para borrar toda la falta de respeto a una relación consolidada, que si bien adolecía de problemas la solución no era irse a revolcar con el adúltero (que además estaba casado) pudiendo optar en el mejor de los casos por pedir una separación temporal para poner las cosas en su justo lugar y decidir!

Pero hay un Dios! jejejeje...

No sé Cane, yo con todas estas vivencias de las que me entero me doy cuenta de que, de verdad, a veces para llegar a un grado de madurez, se cometen este tipo de errores que ojalá y a la larga, realmente den una lección a los que los cometen.

Y ciertamente, uno como escucha de este tipo de situaciones, lo mejor que puede uno a veces hacer es un monumental MUTIS y no meterse en camisa de once varas entre los que andan con sus broncas...puede uno salir crucificado, me cae.

Abrazos Canito...

Sincopado dijo...

Sorpresas te da la vida. Me sumo al club, pero sólo hablaré de música. Mil abrazos.

Anónimo dijo...

HOLA Cane. Te invito (y a todo aquel interesado) a un evento del grupo del cual soy parte: TEATRO 33 LABORATORIO. Es la Segunda Muestra de proyectos en desarrollo y será el 28 de febrero en el foro San Angel. Entrada libre.
Para mas informes entrar a:

http://teatro33laboratorionoticias.blogspot.com/

GRACIAS

Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu blog, en él he escuchado por primera vez esa rola de Bowie que publicas y me latió mucho... creo que en cierta medida todos somos unos reverendos principiantes! ¡Saludos!

Miguel Cane dijo...

Querido Davis:

Es que esa es la cosa.
Hay cosas que no se hacen. Simplemente no se hacen y después, no puedes tratar de tapar el sol con un dedo, o echarle la culpa a los demás de lo que hicimos ("es que no sabía", "es que... es que..." "es que Fulanita me dijo 'aviéntate, no pasa nada'").

Y también, asumir las consecuencias de lo que nos hicimos a nosotros y a los demás.

Ya lo dije, no soy ni traicionero ni tampoco mal amigo. Pero a veces pienso, si la gente se detuviera UN SOLO segundo a pensar... ¿serían distintas las cosas?

No lo sé... pero me parece que en algunos casos, no.

Un abrazo bien fuerte, Davis.

Miguel Cane dijo...

Sincopado (Bèbé Lion):

Gracias. Bienvenido a la blogósfera... y vamos a ver cuántos retratos de música aparecen antes de que comiences a aparecer tú, lo que resulta inevitable en estos menesteres bloggeros.

Qui est ma bèbé lion bien aimée?

Miguel Cane dijo...

De nada, Gian.

Allá nos veremos.

Miguel Cane dijo...

Tessitore:

Me alegro de que te guste lo que ves.

¿Sabes? Hace algunos años, comencé a escribir una novelita en inglés (era mi primer experimento de prosa de largo aliento en ese idioma) que se llamaba, precisamente, Absolute Beginners.

Recuerdo que armé toda la trama, creé los personajes, rendí muchos homenajes y guiños... y finalmente la dejé, porque perdí el interés.

Quizá un día la retome (pero no hoy).

Bienvenido de nuevo, y sigamos leyéndonos.

Sincopado dijo...

Sí, sólo será un blog dedicado a la música: perfiles, historias inventadas, pero musicales; críticas de discos, de conciertos, anécdotas... abrazos

Miguel Cane dijo...

Bèbé:

Pues ya tienes aquí a tu lector más ferviente.

Mil abrazos, cachorro.

Anónimo dijo...

Hola perlita,
Una aclaración te pido ¿qué significa ojaldrita?
Ya sabes que en el Egipto faraónico no se utilizan esas expresiones jejejejejeje.
B7s

Miguel Cane dijo...

Querida Faraona:

Ojaldrita= Mal bicho.

Besos varios

Anónimo dijo...

Hola, Cane, escribo de volada para decir que entiendo perfecto tu comentario en cuanto a ser amigo de tus amigos... y los demás? que se hagan bolas, con la pena! Besos
Julia

Miguel Cane dijo...

Queridisísima Jules:

Pues sí, doloroso pero cierto.
Y mira que hay gente que reacciona muy mal, hacen unos berrinches y unos dramas espantosos, embarrándote a ti y a todos, simplemente por no aceptar que se es responsable de lo que uno hace.

Y de verdad, no es juzgar. Es simplemente decir: esta onda no es mi onda, lo que hiciste me parece mal y no quiero ser parte de esto. Punto.

Lástima que no todo mundo tiene la madurez para entender este punto de vista.

En fin.

Muchos besos, Julie!

M

Unknown dijo...

Hola Miguel!

Solo para saludarte y felicitarte por tu blog y tu libro. Me da mucho gusto saber que sigues trabajando en lo que te gusta. Me gusta mucho lo que leo...felicidades!

Anónimo dijo...

QUERIDISIMO CANE:
TE VAMOS A EXTRAÑAR EN "YA VEREMOS"PERO LO DIJISTE.LA VIDA ES UNA RULETA.TE DESEO LO MEJOR EN ESTA NUEVA ETAPA Y PARA NO EXTRAÑARTE EN "YA VEREMOS"¿QUE TAL SI A MI ME DAN LA OPORTUNIDAD DE HACER CRÍTICAS CINEMATOGRÁFICAS?
ME DA MUCHO GUSTO LO DEL LIBRO Y ME HUBIERA GUSTADO IR A LA PRESENTACIÓN.ME GUSTARÍA LEER UN BLOG DE LA MOSCA.
NOS SEGUIMOS LEEYENDO Y FELICIDADES POR EL CAMBIO DE RUMBO,DE VIDA Y DE VÍAS.