miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cuentos hermosos para niños horrendos

¿Qué (o quién) es The Pillowman?

Ayer, Hanna (en cuyo hogar continúan ahora mis días como náufrago) y yo fuimos invitados por Alejandro Calva al preestreno de su más reciente puesta en escena: se trata de la obra escrita por el irlandés Martin McDonagh en la que mi good guru va acompañado por los estupendos Jorge Zárate y Erwin Veytia (además de Kuno Becker, del que casi me olvido), dirigidos por Mario Espinosa.

La obra, estrenada con gran éxito en Londres en 2003 y en Broadway en 2005 -- con Jeff Goldblum y Billy Crudup-, es una comedia de humor muy ácido y negro, que cuenta lo que sucede cuando, en un estado totalitario, el buen Katurian K. Katurian (el muy joven Veytia, en una actuación estremecedora) un carnicero que se dedica en sus ratos libres a escribir monstruosos cuentos infantiles -- que no han sido publicados- es arrestado por los detectives Tupolski (Calva, enormísimo, metafórica y literalmente) y Ariel (Jorge Zárate, que deslumbra con su rango emotivo), quienes están investigando una serie de brutales infanticidios perpetrados en su ciudad. Mientras es sometido a formas tanto sutiles como bestiales como cómicas (sí, cómicas) de tortura, Katurian va revelando, a través de una serie de horripilantes-pero-enternecedores cuentitos, su cosmovisión de la vida y su relación con su hermano menor, Michal (Becker), que padece cierto retraso mental y es, a su manera, tan sólo un niño.

Gradualmente, se va revelando la trama de un misterio ominoso y a un mismo tiempo, fascinante. El juego escénico se abre como una cajita china y las actuaciones hacen que el espectador se involucre, mudo testigo presencial, de los retruécanos de una trama prodigiosamente armada.

Ver a Alejandro en escena siempre es un enorme placer. Es un gran actor y con el equipo que comparte (Zárate y Vieytia), hace maravillas. El texto de McDonagh es un auténtico privilegio: el título, afortunadamente no traducido, hace referencia a un ser imaginario, protagonista de un cuento de Katurian, hecho completamente de almohadas -- almohadas eran sus brazos y piernas, almohada su cabeza y sus dientes- que tiene la atroz misión en la vida, de visitar a los niños cuyas vidas serán miserables en el futuro, para darles una oportunidad de morir dignamente, antes de caer en el abismo de la desdicha

La figura simbólica de este trágico personaje imaginario sirve como guía en un mundo extraño, donde nada es lo que parece y donde lo previsible es atropellado por la sorpresa salvaje y el desconcierto abrumador

The Pillowman es una experiencia teatral tan mágica como demoledora: por un momento, no quería ver lo que se desarrollaba en el foro desnudo, pero tampoco podía apartar la mirada

Eso es lo mejor que puede hacerte el teatro
Cuando se siente igualito a la vida.

The Pillowman, en la Ciudad de México, corta temporada (10 semanas) en el foro Scotiabank -- antaño el espléndido Cine Polanco-, en avenida Molière. De Jueves a Domingos, consulten cartelera.

Y Alex... I still do. 

No hay comentarios.: