viernes, 21 de septiembre de 2007

Diamantes y Herrumbre

Si te preguntan "¿has amado?" podrías decir que .
Si te preguntan "¿cómo amas?", dirás que con todo lo eres.
Así amaste antes.
Así amarás mañana.

El primer amor siempre nos destroza, aunque no lo recuerdes así.
Nos hace trizas muchas veces, las más inclusive, sin darse cuenta.

Y no sólo el primero, también puede ser el segundo -- sí, no fuiste mi primer amor, ahora te enteras... pero si de algo te sirve, él no supo que lo era, donde tú lo supiste siempre, no pude ocultarlo- o el tercero (el tercero hizo heridas terribles... a propósito) o el cuarto, o el quinto...

Está el que llora y se tapa la cara con las manos como si fuera niño y dice "¡Ay! ¡Esto es culpa tuya! ¡Yo no soy así!", el que sonríe y te dice "¿Qué serías capaz de hacer por mí?"(Todo, por supuesto), aquél que adorabas desde lejos a los catorce y que siempre tonteaba contigo, pero que -- aún siendo él el primero- quedó irresuelto.
A veces lo sueñas. Has querido llamarle, nunca lo harás.

Está el otro, dulce y sensible, que te educa en esos breves meses que pasas con él en otra ciudad que no es la tuya, está el que se enamoró de ti por cartas, sin saber que eras quien escribía; están aquellos que amaste tiernamente y que con desazón y pudor no pudieron corresponderte, pero ¿qué ibas a hacer? Con los retazos se unieron a ti, transformados en tótems buenos, sin lágrimas.

Y todo, todo, en el ciclo de flores que se consumen.
El soplo del invierno que eventualmente llega.
Lo llamas desamor.

Y un día, uno te manda un correo electrónico de la nada.
Y es tarde una noche cuando lo lees.
Y es tarde en el invierno.

Tratas de sentir ternura, esa misma ternura que podrías sentir por alguno de los otros, los que te dejaron, los que quisieron permanecer orbitando cerca, los que te acariciaron el pelo y te enseñaron a volar. Pero por él, por éste, no puedes sentir nada mas que vacío.

Aparece en tu cabeza de pronto esa canción de Joan Báez, que fue escrita como memento mori para Bob Dylan y sus días en Greenwich Village de los 60, que sorprendentemente tan bien, tan explícita pondera lo que tú sientes justo ahora.

La repites, palabra por palabra, más elocuente ella que tú, como un encantamiento, mientras la rosa que llevaste alguna vez clavada por dentro termina de secarse, tornándose en cenizas, ya sin esplendor.


Ay, maldición,
aquí está tu fantasma otra vez.
Pero no es algo inusual,
es porque hay luna llena
y te dio por llamar.

Y yo aquí al teléfono,
oigo una voz
que se deja caer,
una voz que conocí
hace un par de años luz.

Recuerdo tus ojos
más azules que huevos
de petirrojo.

Decías que mi poesía era pésima.
¿De donde llamas?
Una cabina en el medio oeste.

Hace diez años ya, te
compré mancuernillas,
tú me diste algo más.

Los dos sabemos que los recuerdos
nos podrán traer tanto
diamantes como herrumbre.

Cuando irrumpiste en la escena,
ya eras leyenda,
fenómeno en bruto,
el vagabundo original.

Fuiste a mis brazos,
y allí te quedaste,
temporalmente perdido en la mar.
La Madonna era tuya por nada,
Sí, aquello que fui
te mantendría a salvo.

Ahora te veo, hojas marchitas
a tu alrededor
y nieve en tu pelo.

Sonríes en la ventana,
de aquél sórdido hotel
sobre Washington Square.

Nuestro aliento formaba nubes blancas,
mezclándose y flotando en el aire.
Sinceramente, creo yo, los dos morimos
ahí mismo entonces.

Ahora dices que esto
es sin nostalgia.

Dime algo para justificarte,
tú, que manejas tan bien el lenguaje
y vuelves todo tan vago,
ya que necesito esa vaguedad,
ahora que todo vuelve
a mí tan claramente.

Sí, te amé profundamente,
y si ahora me ofreces
diamantes y herrumbre

yo ya los pagué.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No recuerdo dónde lo escuché (fue la tele o el cine)... pero al leerte me lo recordó.

Que Dios estaba aburrido y creó al hombre... como el hombre estaba aburrido creó a la mujer... como los dos se aburrieran creó el amor... y al ver a los dos sufrir, creó la sonrisa.

Anónimo dijo...

Hola usté... quereres muertos y/o imperfectos. El tiempo los termina convirtiendo en tristezas muy raras... así como la melancolía es prima exótica de la tristeza, aquellos terminan en alguna especie de categoría especial...

Cuquita, la Pistolera dijo...

Hay fantasmas que se atreven a aparecer así, de la nada, después de años. ¿Qué pensarán? Como que no tienen sentido del tiempo ¿no?

¿Por qué has comenzado a poner negritas en tus textos?

Viviana en vivo dijo...

Miguel:

¿Y dices que no eres poeta?

¿Porqué escribes en negritas?

Besitos

Dushka dijo...

Si el amor te hace sufrir, no es amor. Es otra cosa. El verdadero amor es libertad y jubilo.

Capitan Frio dijo...

Miguel:

Comanche del ALMA! Desde México dejo caer mis manos en señal de derrota, nunca comprenderé de donde bebes, de donde te alimentas... Que envidia me da tu maravillosa forma de escribir, de transformar el mundo que nos rodea.

Eres mágico, siempre lo has sido.

COn admiración, repseto -y si, una envidia que me hace verde-:

Víctor Manuel -Su viejo comanche mexicano-

Unknown dijo...

A veces solo pienso que todo este meequetengue del amor es circular y que nos seguimos enamorando del mismo, diablos! Odio ser tan predecible.

Anónimo dijo...

todos los amores me han dolido igual de feo, pero kreo ke esta vez me estoy haciendo algo insensible- me esta saliendo un callo en mi korazon :(