Ring, ring...
-¿Bueno?
- Hola Mami.
-¡Hasta que me llamas! ¡Ya me podría yo haber muerto! ¡Nunca me hablas!
- Ay no seas así, te hablé el domingo...
- Pues sí. Pero si te hablo yo siempre estás ocupada...
- Es que trabajo, Mami.
- Yo siempre tenía tiempo para ustedes. Y crié cuatro hijos, Claudia. ¡Cuatro!
- Bueno. Te prometo que te devolveré las llamadas más pronto, ¿oquéi?
- Sí. Oye, me habló tu tía la Chata. Que hace siglos no sabe de ti. Háblale también a ella, no seas ingrata. Ella te quiere mucho...
- Pero Mamá... si apenas tengo tiempo...
- Yo no los eduqué para ser majaderos, hija.
- Sí Mamá.
-¿Sí qué?
- Que si le hablo luego. Oye, para lo que te hablaba yo...
- Ah. Quieres algo. Por eso me hablabas.
- No... no es eso...
-¿Ah, no?
- Ay, Mamá...
- Por algo soy tu madre. ¿Qué quieres, a ver?
-¿Tú crees que te pueda dejar a los niños esta noche?
- Pero... ¿Vas a salir?
- Sí, Mamá.
-¿Y con quién, si se puede saber?
- Con un amigo.
-¿Qué amigo?
- Un amigo, mamá.
-¿Y cómo se llama...?
-¡Mamá, por favor!
- Es que yo todavía no sé porqué te separaste de tu marido...
- No, no, momentito... yo no me separé, él me dejó por otra, Mamá.
- Pero tú dejaste que se fuera y ahora andas por ahí con uno que ni su nombre me quieres decir.
- Pedro.
-¿Pedro? ¿Pedro? ¿Pedro qué?
- Pedro. Se llama Pedro.
-¿Quién?
- Mi amigo. Y no, no ando con él.
-¿No?
- No. Bueno, ¿te puedo dejar a tus nietos, sí o no?
- Yo jamás los dejé a ustedes para salir con alguien que no fuera tu padre, Claudia.
- Mjú.
-¿Qué quieres decir con "mjú"?
- Nada.
-¿Qué nada?
-¿Qué me quieres decir con eso?
- Ay, nada. Nada más dime si te puedo llevar a los niños.
-¡¡¡Mi EX- MARIDO, mamá!!! ¡¡¡Jorge es mi EX-MARIDO!!!!
- Ya te oí. No me tienes que gritar. No soy sorda ni retrasada mental. Ni tampoco senil, todavía, aunque seguro tú y tus hermanos no piensan lo mismo, ya lo sé.
- Está bien. Perdón. La verdad es que no creo que a él le preocupe para nada, desde que nos separamos él no duerme ni una sola noche solo.
-Entonces te vas a quedar a dormir con ese gañán.
-¡No es un gañán!
- Todo hombre que sale con una divorciada con hijos no tiene escrúpulos. Es un gañán, y un gigoló.
- No es nada de eso y no me voy a quedar con él a dormir.
-¡Lo vas a meter a tu casa! ¡Pero Claudia, tú estás loca...!
- Mamá... Mam...
-¡Podrías ser asaltada! ¡Y hasta estrangulada...! O podría ser un tratante de blancas... ¡Ay, no qué horror!
-¡Mamá! ¡Bájale!
- Bueno. Ya. Pero de todos modos, si lo metes a tu casa, ¿qué va a decir la gente...?
- Mira... no quiero pelearme contigo. ¿Quieres que te lleve a los niños o no?
- O qué, si no los vas a exponer a ese ejemplo, ¿no? ¡Ay, pobres criaturas, con una madre así!
-¿Así como, madre?
- Insensata. ¡¡¡Por eso te dejó tu marido!!!
-¡Pero si me dejó por una puta!
- Eso no lo sabes, no levantes falsos.
-¡Trabajaba en un table-dance!
-¡Bueno! ¡Era una muchacha ignorante y de algo tenía que vivir!
-¡Qué comprensiva eres con esa puta!
- Ay, qué lenguaje. Eso no lo aprendieron en esta casa. Y tus hermanos igual de pelados. ¿Para eso los mandamos a la escuela? ¿Eh?
- Mamá, no lo puedo creer.
- Qué.
-¡Que defiendas a la piruja con la que se fue mi marido!
- Ex-marido, chiquita.
-¡Aaaah!
-¿Qué pasó, qué son esos gritos? ¿Estás bien?
- ... siete... ocho... nueve...
-¿Claudia?
-¿Cómo puedes ser tan comprensiva con esa mujer?
- Porque ahora tiene que cargar con el estigma de que la señalen como una prostituta y una robamaridos, por eso, hija.
-¿Y yo qué?
- Ay hija. Lo divorciada se quita. Lo... mujerzuela, no.
-...seissieteochonueve...
- Claudia, qué rezas que no te oigo.
-¿Sabes qué? ¡¡¡¡Olvídalo!!!!
-¡Ay qué gritos! ¿También le gritas al gigoló ese, verdad? ¡Pobre!
-¿Ahora te preocupa el gigoló ese, Mamá?
-¿Ves cómo sí era gigoló? Te dije. Una se da cuenta de inmediato.
- Ay, no. Tráeme a los niños. Nunca los veo... ¿a que hora vienen?
- No. Ya no te los voy a llevar.
-¿Pero por qué?
- Porque no voy a salir, Mamá.
- Pero Claudia, si nunca sales a ninguna parte... ¿cómo piensas rehacer tu vida? ¿O acaso te quieres quedar sola el resto de la vida?
-¿Y le vas a hacer esto a Pedro? ¡De ninguna manera!
- Mamá...
- Ahora mismo le digo a tu padre que saque el coche y vamos nosotros por los niños. Ve haciendo la maleta.
- No, de veras... mira...
- Ya vamos para allá.
- Mamá, no hace falta que...
*click*
Comentarios
En fin
Saluditos
Me intriga cómo funciona eso, si las cosas son por gusto, son reprobables, pero si son una obligación, ah entonces son otra cosa y ahora cumples porque cumples!
Beautiful portrait!
UN beso
Pues gracias a ti, por darme la semilla del diálogo, jua jua jua...
Pero como tú dices... ¡en fin!
Mil besos.
De nada.
Que siga habiendo harta mierda cada noche de estreno.
¿Y qué sería de nosotros sin las madrecitas mexicanas? Conozco algunas que son de antología.
Otro abrazo.
Lo haces porque lo digo yo, que por algo soy tu madre.
Eso, es una verdad como un templo.
PD: ¡Fiesta de galletas!
Pues sí.
Pero uno las quiere igual, ¿qué no?
Besos.
PD: Un día hago uno de padres e hijos.
No seas gandalla. Échale una llamadita...
Digo, si quieres.
Besos.
Pues será. Pero mi interior está muy sosegado. Parece como si hubiera tomado un obcidal...
XoXoXo
Pd: Me encantaría reproducir este diálogo en mi blog, por supuesto firmado por tí y citando el lugar donde lo encontré, pero sólo lo haré si tengo tu permiso.
(pepasol2@gmail.com).
Gracias de antemano, (por si me lo concedes, y si nó, pues qué se le va a hacer :)