martes, 19 de febrero de 2008

En la arena

Caes, sin saber cómo, en el mar. El mar es negro y frío, como larga la noche.
Arrastrado por las olas, tratas de mantenerte a flote, el agua a veces te cubre la cabeza y
no hay fondo, solo vacío, y tú oscilas en aguas heladas, violentas, sin estrellas que te guíen,
sin luna que te ampare.

Así será, así ha sido.
Hasta que el mar te escupe, roto pero vivo aún, en la arena.
Y te descubres desnudo, adolorido, pero limpio.
Como si fueras un recién nacido.

Así te yergues, en piernas tambaleantes,
el ardor pasa en tus ojos, se abren a la luz.

Amanece en otra parte.
Y tú caminas lento,
con manos vacías
espaldas libres,
sobre la arena húmeda.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridísimo:

Pero no caminas solo.

Yo no estoy ahí contigo (sabes que lo estaré, pronto), pero sabes que cuentas conmigo desde aquí y yo sé que tienes a muchos que te quieren y te cuidan en esa ciudad.

¿Ya pasó? ¿Te sientes mejor? ¿Aunque sea un poco?

Si quieres, escribe.

Besos.

g. neidisch dijo...

De veras no sabes cómo es que caiste al mar?
Tal vez no sé cómo caigo, de repente me doy cuenta de que he caído.
Sin embargo, debe ser fantástico ser libre y estar limpio al mismo tiempo

Emilio dijo...

Ese miedo que provoca el mar furioso, ese vacío, hay que probarlos de vez en cuando, para después experimentar ese regreso que tan bien describes.
Un abrazo

Champy dijo...

Es la tercera vez que te visito para leerte, por necesidad.

Yo quiero correr, estoy vacío, atado y la unica húmedad esta en mis ojos...

Champy dijo...

Te adoro cabrón!!!

Y me enriquece tu amistad y tu punto de vista, la divergencía a mi me crece, y tu ademas de admiración me provocas orgullo.

Aprendamos juntos.

1408 Besos.

Cuquita, la Pistolera dijo...

Ay, así me siento yo también.
Mañana será otro día.
Ya verás.
Abrazos, virtuales, de esos de millones de kilobites y megabites.