jueves, 8 de noviembre de 2007

Castígame con besos (IV)

... Gracias, estimado público, y sean bienvenidos a un episodio más de su radionovela preferida Castígame con besos, original de la pluma de la aclamada escritora caribeña Cretina Sentimental Higgins, y protagonizado por la eximia actriz dramática y folclórica de éxito internacional Anita Lava Latina como Margarita Masoca y como Claudio César Mascarpone, el primer actor de la radio, el cine, las fotonovelas, las tablas y la televisión Juan Narciso Pérez De Sade. En nuestro capítulo de hoy, nos enorgullecemos de contar con la presencia como artistas invitados del pálido galancete Pitu De Caleya como Pierre Majaderé y la despampanante superestrella continental Tita Fornicio, en el papel de Liviana DeCascos... y no olvide que este, su melodrama favorito, es patrocinado por Leeeeche la Rrrreal, Jabón Mono -- que le dejará el cutis colorado como posadera de Mandril- y Vul-vo-naaa, el champú de alfombras más cáustico y eficaz...

Narrador: En nuestro episodio anterior, Margarita Masoca, alucinando debido al ácido lisérgico que le fue subrepticiamente suministrado por la siniestra Sor Yvonne, sufrió un drástico trastorno de personalidad que la hizo creerse que era una bailarina exótica de burlesque. Bajo el alias de La Marquesita de Montevenus estuvo presentándose en diversos cabarés del cono sur hasta que fue encontrada por su amiga, Liviana DeCascos, misma que tuvo que llevarla a desintoxicarse a las Antillas Holandesas. Entre tanto, Claudio César Mascarpone volvió a México y cayó en deudas de juego por andar de ludópata jugando al Ocho Loco, así que se vio obligado a empeñar todos los costosos regalos que había recibido por parte de Margarita y tuvo que mudarse a vivir a la bohemia buhardilla de su incondicional amigo, Pierre Majaderé, un parásito franchute de albina complexión. Ambos se dedican a vivir los meses que está en desintoxicación nuestra heroína, estafando a la seguridad social. Cuando Margarita recupera aparentemente la razón, y tras ganar un millonario pleito contra el hospital, que le deja un buen billetón, se presenta ante su amado, que al principio no puede reconocerla, debido a que le modificaron la cara en Tierra del Fuego, pero después se convence que en efecto, se trata de la alfombra humana que sería capaz de hacer cualquier cosa por él...

Margarita: Aquí estoy, esperando por ti, sin poder entender que te hizo alejarte de mi. Aquí estoy, quiero ver si por fin te decides volver y creer que es posible empezar, una vez más.

Claudio César: ¿De veras eres tú, Margarita?. ¡Estás muy cambiada! ¿Ya viste, Pierre? ¡Se le quitó lo fea!

Pierre: Oui, yo no la habría reconocido...

Claudio César: No digas güi, di sí.

Pierre: Oui. Digo, sí.

Margarita: Aunque no reconozcas mi cara, soy la misma que siempre fui. Estuve ausente mucho tiempo, porque tuve que demandar a un hospital en Tierra del Fuego donde una monja asesina quiso matarme con el uso de drogas psicotrópicas. Me han dado un montón de dinero. Vengo a ofrecértelo todo si tú decides volver conmigo...

Narrador: El desvergonzado truhán, vividor y canalla de repente se siente confundido. ¿Deberá aceptar la oferta que, sin ningún reparo ni cortapisas le hace la mujer de la cuál ha abusado hasta cansarse? ¿Será que ahora que, gracias a lo más avanzado en cirugía cosmética, se ha convertido en una auténtica muñeca, aceptará su amor y vivirá con ella? Dubitativo, el galán villano se acerca a su pálido compinche.

Claudio César: ¿Cómo ves, mano? ¡Está forrada!

Pierre: Oui. Y está echa un forro.

Claudio César: Eso también. Y no digas güi. Di sí.

Pierre: Oui. Digo, sí. Digo ¡oh!

Claudio César: Pero... ¿y si me acabo su dinero? La coca sube por las nubes...

Pierre: Pues la prostituimos. Está tan trés bonbon, que podemos padrotearla sin problemas, con todos nuestros conocidos que sean pervertidos y degenerados.

Claudio César: ¿Pero tú crees que ella lo permitirá?

Pierre: Si tú se lo ordenas, ella se pondrá rodilleras de hule y un embudo con propulsión a chorro en la garganta.

Claudio César: ¿Y podremos sacar buen dinero?

Pierre: Mejor que con la Lola. Recuerda que la pobre era jorobada...

Claudio César:
Tienes razón. Aunque le gustaba a la clientela perversa y de mal corazón.

Pierre: Pero recuerda, bon ami. Tienes la obligación de casarte con ella. De ese modo, aseguras tu mano no sólo en su teclado, sino en el capital. Y se lo puedes administrar. Además, si te pesca la policía por lenón, ella no podrá testificar en tu contra... y siempre puedes culparla de ser la madame de la operación para que sea ella la que pague por los latrocinios...

Claudio César:
Sí cierto. Voy a hacer que me firme un poder absoluto. Al fin que es tan bobalicona que no va a saber ni lo que me está firmando.

Pierre: Oui. Digo, sí.

Claudio César: Margarita...

Margarita:
¿Síiiiiiii?

Claudio César: Pues... estuve pensándolo detenidamente...

Margarita: ¿Síiiiiiiiiiiiiii?

Claudio César: ...y he decidido que vas a casarte conmigo.

Margarita: ¡Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Narrador: Trastornada de felicidad, Margarita Masoca utiliza su nueva fortuna para planear una boda espectacular. Al llegar el día, todos los amigos y familiares de nuestra heroína se dan cita en la Basílica de Nuestra Señora de las Chambitas, para presenciar que se lleve a cabo, después de tantos capítulos, la ceremonia de esponsales de la pareja. Lo que todos ignoran, son las macuarras y siniestras intenciones del novio, claro.

[Efecto: marcha nupcial]

Cura: ...si hay alguien que sepa de algún impedimento para que este matrimonio se lleve a cabo, que hable ahora o calle para siempre...

Liviana: ¡Yo! ¡Yo quiero hablar!

[Efecto: murmullos de la muchedumbre]

Margarita: ¡Ay no! ¡No le haga caso, padrecito!

Cura: ¿Usted es...?

Liviana: Liviana DeCascos, padre.

Cura: Eso se advierte a simple vista, hija mía, y a diez kilómetros de distancia también. ¿Qué impedimento hay para detener esta unión?

Margarita: ¡Ay no, no, no! ¡Eres de lo peor!

Liviana: Sorry darling, pero lo hago por tu propio bien. ¡Padre, esta pareja no puede casarse, porque el contrayente, Claudio César Mascarpone pretende realizar esta boda para estafar a mi amiga y luego explotarla como lenón!

Cura: ¿Como Beatle?

Liviana: Como padrote.

Cura: ¿La va a enviar a alguna misión a África?

Liviana: ¡No, padre! La va a poner a trotar las calles de esta ciudad.

Cura: Quiere decir que... ¿pretende prostituírla?

Liviana: ¡Sí! ¡Me enteré anoche mismo, por boca del cómplice de de este rufián!

Claudio César: ¡Pierre! ¡Chivato!

Pierre: Pardon, pardon. Me intoxicó y luego me hizo cosas que yo no me imaginaba que fuera posible hacer con la lengua. No sabía yo lo que hacía... ¡me ofusqué!

Liviana: ¡El plan siniestro de estos calaveras era desfalcar a mi amiga y luego explotarla como sexoservidora! ¡Y además, con una clientela de pervertidos que han sido expulsados de todos los puticlubs y burdeles de esta ciudad y el extraradio!

Margarita: ¡Eso no es cierto! ¡Eres una envidiosa porque yo sí me voy a casar! ¡Tú eres la prosti!

Liviana: ¡No! ¡Yo solo soy una perdida! ¡Una goodtime girl! ¡Una fille de joie! ¡Y la más entusiasta de las amateurs, pero no cobro! ¡Estos dos pensaban vender tu carne renovada por la cirugía entre erotómanos y kinkis! ¡Y puede que hasta drogadictos!

[Efecto: murmullos escandalizados]

Margarita:
¡Dime que no es cierto, mi amor!

Claudio César:
Esto es humillante.

Margarita: ¡Evidentemente! ¿Pero es mentira...?

Claudio César:
¿A quién le vas a creer, a esa golfa o a mí?

Liviana: ¡Sí, sí, soy una piruja! ¡Pero dulce y sensible, con el consabido corazón de oro, manís! ¡En cambio él no tiene corazón!

Claudio César: Es verdad. No tengo corazón. Sólo soy una máquina...

Margarita:
¿Entonces de verdad pensabas venderme con otros hombres?

Claudio César: Tanto como venderte... más bien, sólo alquilarte por horas.

Margarita: Oh...

Cura:
Tienes que decidirte, hija... ¿los caso y aceptas que tu señor esposo, marido y compañero ejerza los derechos que el matrimonio le concederá sobre ti, destinándote a una vida de lujuria y concupiscencia, o le harás caso a tu amiga tan desinhibidita y de dudosa reputación?

Margarita: Ay, es que no sé...

Cura: El tiempo apremia, hija mía y yo tengo otra boda a las dos...

Liviana: ¡No te cases con él! Don't do it, hon!

Claudio César: Esto es lo que me has pedido todo este tiempo... si me voy de esta iglesia, no volverás a verme jamás, a donde voy tú no vendrás...

Liviana: ¡Te va a prostituir! ¡Te destrozará todavía más la vida, Márgara!

Pierre: Sí, digo, oui! Pero tal vez te guste... a algunas les encanta...

Claudio César: ¿Pues no que de veras me querías, Margarita...? ¿Ya ves cómo eres de faramallosa?

Margarita:
¡Ay, ay, ay... me da el chincual! ¿Y ahora qué hago? ¡Aaaaaaay! ¡El chincuaaal!

[Efecto: Tema musical salida]

Narrador: ¿Qué pasará ahora con Margarita Masoca al pie del altar? ¿Aceptará casarse con Claudio César Mascarpone y llevar una vida de vicio y perdición como su esclava? ¿Lo podrá evitar la suculenta Liviana DeCascos, para ayudarla a vivir con libertad y autorespeto? ¿Será deportado por actos indecentes y tráfico de estupefacientes el malandrín franchute Pierre Majaderé? ¿Tirarán a la basura el derroche opíparo para el monumental vernissage, que además ya está pagado? ¿Le irá a dar el chincual a Margarita con su ostentoso atuendo nupcial delante de tanta gente escandalizada por la súbita revelación?
Para conocer las respuestas a estas y otras inquietantes incógnitas , no se pierda mañana, a esta misma hora y por esta misma emisora, otro apasionante episodio de su radionovela preferida, Castígame con besos, con las voces de Anita Lava Latina y Juan Narciso Pérez de Sade. Una producción de Arrumaco Carantoña, presentada por Leeeche La Rrrrreal, Jabón Mono y Vul-Vo-naaaaaa para Radio Cadena Agorera... le invitamos a que siga disfrutando de nuestra programación; a continuación, el programa confesional de participación de nuestro auditorio Me odio cuando miento, patrocinado por los refrescantes caramelos Juanolas y quesos Soy La Pera, que dará inicio en unos segundos...

16 comentarios:

Sebastiana dijo...

Oh mi Dios, no en la Iglesia de Nuestra Señora de las Chambitas! a media boda!

Viviana en vivo dijo...

Jojo. Yo quisiera que Margarita se pusiera ya un poco vivilla. No es posible tanto pasmo en esta vida. Ojalá se le pegue un poco de la personalidad de mi cuasi-tocaya Liviana, que se ve que la quiere de veras.

POdría vengarse Margarita y empezar un affair con Pierre Majaderé... a ver si así el Claudio se arde un poco...

Jajaja. Saluditos

Anónimo dijo...

Yo quisiera que aparezca un galán de a devis para una Margarita tocada por la autoestima, pero supongo que para eso faltan muchos capítulos. Saludos!!

Champy dijo...

Donde consigo las primeras entradas...empezar asi a medias esta caon...

Anónimo dijo...

Que se case, que se case!

ps. felicidades por los nuevos patrocinadores

Anónimo dijo...

Esto es mariconería pura y dura.

hugo dijo...

que barbaridad, pues ya lo leere con calma pero solo te digo que estare fuera la semana prox y luego ya sere todo tuyo (?). abrazos.

Champy dijo...

Que maravillosa mariconeria.

Aún siendo dura y pura es maravillosa.

Felicidades compallito.

Ya imprimí toda la saga para shutarmela en casa.

Gracias por estos momentos.

Un beso.

Anónimo dijo...

¡Yo solo soy una perdida! ¡Una goodtime girl! ¡Una fille de joie! ¡Y la más entusiasta de las amateurs, pero no cobro! ¡Estos dos pensaban vender tu carne renovada por la cirugía entre erotómanos y kinkis! ¡Y puede que hasta drogadictos!

¡Me pudo encantar! jajajaja!!!

Anónimo dijo...

Pues si todas las mariconas escribieran tan bien...

¡Esto es GENIAL!

¿Adonde vas ir a parar?

Anónimo dijo...

¿Mariconería? ¡No mames! ¡Es surrealismo puro!

Y la música está pocamadre. ¿Qué es eso que suena como cajita de música? ¡Está bien chido tu blog, paisa!

Jimena dijo...

Alarma, alármala de tos, uno, dos, tres, patada y cos!! (Ay, de pronto me acordé de la pobrecilla Rina)

Cuquita, la Pistolera dijo...

Ajjj, ya no soporto a Margarita. Odio a las mujeres como ella.
A ver, ¿por qué no trata de suicidarse? o como dice Viviana, ya que abra un poco los ojos. ¿No podría aparecer un papacito con cuerpo de tentación que la haga re-flexionar?

Besos querido Miguel, y mil gracias por las felicitaciones.

Unknown dijo...

JAJAJAJAJAJA!
Buenisima!

Anitivil dijo...

JAJAJA ME CAGUE DE LA RISA GRACIAS...

Anónimo dijo...

A casi un año de publicada la última entrega de la espectacular radio-novela-BDSM-tropical, vengo a descubrirla, a imprimirla para ver si nos aventamos su versión en audio cuando vengas (ya ves que ando chambeando en radio y t.v chale!!) pero sobre todo.... a suplicar que siga la saga!!!!!!!!!!!
Te mando mil besos y quiero que sepas que cuentas conmigo siempre siempre ahora que nos hemos reencontrado, ok?
Que siga! La saga! grita a multitud...
Maca