A esto hemos llegado...

...las 400 funciones de este blog.

Se dice fácil, banda, pero no lo es tanto -- y menos, desde que prometí que lo actualizaría diariamente a partir del 1 de Enero de 2007.

A lo largo de estos meses ha ocurrido de todo: me cambié de casa (de calle, de ciudad, de país y hasta de continente), hice nuevos amigos, cumplí años, bajé de peso, me caí en la calle -- por andar corriendo bajo la lluvia-, fui al cine, leí libros y hasta mandé al diablo, muy poéticamente y valiéndome de Joan Báez, a un ex.

También cumplí dos o tres (o cuatro, o cinco) sueños que no me imaginé que se me fueran a cumplir; Las Fiestas es prueba ontológica de ello... y no sólo eso, sino otras cosas también.

Mi familia también ha cambiado: mis padres, en cuanto crucé el charco, dieron rienda suelta a un plan que ya tenían desde hace mucho tiempo. Se escaparon de la ciudad y pusieron un restaurante en una pequeña ciudad de provincia, que hoy llaman hogar.

Además, ¡voy a ser tío!

Así pues, esta brecha geográfica de mi familia biológica (sí, no he nacido de huevo, ni me inventó Woody Allen o Pedro Almodóvar, aunque no lo crean) me ha llevado a encontrarme con mi familia lógica, aquí en este Finisterre, donde me he ido buscando la vida y encontrándomela a cada vuelta de la esquina.

Pero aún estando lejos, no estoy lejos.
(Pero eso ya lo sabían)

Y ahora, por si no fuera suficiente, ¡me he convertido en un Simpson!

Ni duda cabe, ya sea en esta nueva encarnación, o en la estándar que ya conocen, las aventuras continúan.

No hay mucho más que agregar, excepto gracias.

Gracias por leerme. Por escucharme. Por hablarme. Por venir con un abrazo, ya sea físico o hecho con palabras.

Emprender esta vida, como saben, no ha sido capricho si no necesidad.

Pero a veces es difícil Y es bueno saber que aún cuando uno se siente atropellado o desamparado, sólo es algo pasajero. Que al otro lado de este monitor están ustedes -- Ustedes sabes quiénes son, y lo que les estoy agradeciendo a cada uno, de un modo particular y distinto, mírenme a los ojos, lo saben- y que mientras leen esto, yo espero [sueño, pido fervoroso], se sonríen conmigo.

200 besos y 200 abrazos, en conjunto, eso suma 400.
Pero mi afecto grande y calientito, ese, no tiene tasa.

Ave, everybody!