I'm going to tell you a secret...
Me resistí por años, alegando que abrazarla era como caer en una especie de cliché, o bien "si eres gay, te tiene que gustar Madonna"; eso sin añadir que la posición como snob musical que adopté en la adolescencia (al más puro estilo de los personajes de Nick Hornby) me impedía tan siquiera reconocerle algún mérito... aún si sus videos me resultaban estimulantes (¿la recuerdan, vestida de novia por Venecia, con un león en el clip que promocionaba Like a Virgin?) y sus canciones eran pegajosas... pero no la bajaba de ser un placer culpable, acusándola de ser además, una pésima actriz y una vieja exhibicionista y desinhibidita (que confirmadamente es, aunque a ella, como bien se sabe, es algo que para todos usos y razones le vale madre).
Siempre me había yo burlado de los fans de la chica material, que no sólo compran sus CDs cuando salen, sino que hasta hacen un peregrinar para irla a ver en concierto. Sentía que era una verdadera afectación el tenerle semejante devoción a una intérprete a la que nunca le había prestado yo atención.
Todo cambió, cuando a mis manos vino a caer un CD/DVD titulado I'm going to tell you a secret, que incluye un documental de dos horas de duración dirigido por Jonas Ärkelund, que muestra los entretelones de la gira mundial que Madonna hizo en 2004, bajo el título Re-Invention (algo que debo reconocerle como un talento: sólo David Bowie se equipara con esta señora en tales menesteres). Además, incluye 13 temas grabados en vivo, lo que hace este álbum su primer "directo".
Al principio no me hizo mayor ilusión, pero lo mismo, como tenía que reseñarlo -- en contra, además. Esa era la condición para que me dieran en el periódico el disco, de este modo, contraponer mi texto a uno de Jairo, que es un devoto Madonnafílico irredento desde hace dos décadas- lo puse para escucharlo y me descubrí, para mi creciente desconcierto, bailando al ritmo de sus canciones... y lo que es más, conforme avanzaba el disco (lo escuché en orden cronológico y después en desorden... el efecto es aún mejor, que conste) sentí que yo también estaba ahí, en una arena, observando a este prodigio de casi cincuenta años de edad contorsionarse con gracia insondable mientras me señala y se atreve a preguntarme What are you lookin' at?
Hace cuatro días que tengo el disco y sigue rotando duro. Seguramente encontrará un nicho en mi iPod y he visto dos veces el documental; no puedo evitar que se me caiga la baba. Estoy sorprendido ante la fuerza, el arrojo y la formidable elegancia de esta mujer en una situación que a cualquier otro haría que las rodillas se le volvieran gelatina... pareciera como si, de sólo poner un pie en el escenario, su sola presencia dijera Aquí mando yo, se tomara al mundo por montera (por así decirlo) y de ese modo hiciera al público transitar junto con ella por cinco diferentes escenarios (que son por turnos industrial, renacentista, cabaret de Weimar, tribal y acústico), siguiéndola a través de distintos espejos, para sucumbir finalmente a sus encantos.
La experiencia resulta reveladora: esto, expuesto ante nosotros es, literalmente, entertainment.
Ay, qué cosas. Ahora resulta que soy un converso, como Paulo rumbo a Damasco.
Ah, sí ¿y mi texto en contra...?
¡Bien gracias!
¿Y tú cómo estás...?
Comentarios
Yo siempre le he reconocido a la chica material su capacidad para el escándalo (como se la reconozco a José Luis Cuevas)... musicalmente tengo mis reservas, pero hay conciertos a los que hay que ir y hay rolas que uno se debe de saber y ella está en ambas listas.
¡Bien por ti!
Jake
CHALE...
¿Cómo que "usario anónimo"? Suena a apodo de asesino serial nombrado así por la PGR. :-(
Pues pon tu nombre o el que quieras, cuando te pregunta con qué identidad quieres firmar!
Y sobre Madonna... pues sí. Digamos que es uno de esos requerimientos indispensables de la cultura pop y que, quiera uno o no, siempre se las ingenia para sorprender.
¡Abrazos y hasta el viernes!
M