lunes, 25 de septiembre de 2006

Retratos: Lusin



Él es Lusin.
(El pequeño león con gafas. O bien, Kimba)

Es el más joven de mis amigos [es cierto, no tengo amigos menores que él]. Actualmente vive en Pamplona.

Es un poeta.
Es muchas otras cosas también, pero principalmente, es un poeta.

Nuestra amistad tiene origen más bien Austeriano (donde él es Asturiano, además), debido exclusivamente al azar y sus caprichos. La primera vez que llegué a Madrid, nos correspondió ser roommates en el legendario Chamartín, antes de abordar mi primer Tren Negro (que ahora es un ritual, al menos en mi vida). El famoso 7/7/04.

PIT II nos presentó y realmente no reparamos mucho el uno en el otro. Yo estaba ansioso (nervios de estreno, su señoría) en mi papel de Fräulein Maria -- ese fue el pretexto para mi primera Semana Negra, después evolucionaría en otras formas- y estaba exhausto de una semana en París. Lusin me sonrió y eso fue todo.

Realmente nos hicimos amigos, creo yo (pero igual estoy en un error, la memoria suele acomodar los hechos a su propio placer y esto particularmente sucede con la mía), sino hasta la cena, cuando acabamos codo-a-codo y él codo-a-codo con Jack, que evolucionaría a convertirse en nuestro amigo después esa misma velada. Luis tuvo la gracia de dejar mi hiperlalia desbordar sin aturdirse (¡bendita paciencia!) y encima, añadir "he quedado con amigos, pero si queréis venir..." y ser sincero al respecto.

Fue con él (y con JCG y Alex DeBernardi) que conocí Madrid de noche por primera vez. Fuimos a dar al Vía Láctea y al Tupperware (me puse a [horriblemente] cantar una canción y me hizo segunda). Esa noche, Lusin perseguía unos ojos verdes -- que a estas alturas del partido ya son textura de leyenda- y aunque tratamos de convencerlo de seguirlos y atraparlos, decidió volverse al hotel con nosotros y acabamos sentados hablando hasta las seis de la mañana.

Desde entonces, aún hasta hoy, hemos contrabandeado (conste que el término no es mío, sino que lo tomo prestado), una barbaridad de cosas -- como hacen los personajes de Auster. Hemos hablado de libros y de cine. Me he nutrido, aunque él no me crea, de su exquisito gusto por la música, que a través suyo exploro con la misma sorpresa (a él le debo haber descubierto a The Arcade Fire y a Piano Magic) que tendría el Dr. Livingstone, supongo.

Hemos caminado en lluvia y frío. Nos hemos reído y nos hemos reñido. Orbitamos cerca.
A veces creo que es el mayor de mis hijos o el menor de mis hermanos.

Es, como dirían las abuelitas, un magnífico chico. Amigo de sus amigos, generoso con los viejos, paciente y dulce con los niños y hábil con las damas. Esa sonrisa la he visto iluminar, como los sueños hacen, habitaciones en penumbra y disipar la niebla. Bajo la aparente fragilidad de su físico, se encuentra un espíritu vigoroso y un alma inquieta (que no son necesariamente la misma cosa), que con veinticinco años, quiere recorrer el mundo, extender los brazos, poder volar.

No conozco a nadie que lo conozca que no lo quiera y eso, en este mundo lleno de gente envidiosa, pequeña, mezquina y siempre ávida de descalificar al que se descuide, es algo notable. Me atrevería a aseverar [aún si sé que él sería el primero en hacer aspavientos para negarlo] que tiene, literalmente, el corazón de oro.

Como antes dije, es un poeta. Y un estupendo poeta.
No cualquiera puede capturar así lo que siente y convertirlo en palabras, darles belleza, imágenes, ritmo. Y este crío lo hace con una naturalidad pasmosa: es un don. Pero como todo don, lo ejerce con disciplina, y siempre siguiendo los dictados de su volátil instinto.

Somos afortunados los que le tenemos cerca. Y somos legión.
Ahora, sin más y a modo de colofón, un fragmento musical del soundtrack de tu existencia, que va por ti, pequeño león.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Madre mía!!! Porque vivo en pecado sino te pedía que me lo presentases. ¿De verdad es tan perfecto?
B7s/Merce

Anónimo dijo...

Que suerte "tener" a alguien al que poder dedicar tantos elogios y del que te sientas tan afortunado de tener cerca. Tal cual está la vida hoy en día, eso es un gran privilegio. Cuídalo!!!!

Yolanda (amiga de la Faraona)

Miguel Cane dijo...

Merce y Yolanda.

Muchas gracias.
Efectivamente, es una persona fuera de serie.
Y sí, su amistad -- como todas las que me distinguen,- es un verdadero privilegio.

Muchos besos hasta Castellón City.

M

Anónimo dijo...

Miguel, no había leído esto... me acabo de emocionar. Muchísimas gracias, aunque tienes razón, hago un aspaviento y lo niego todo, dos veces además.

Mil abrazos.

Miguel Cane dijo...

Querido aludido,

Aunque lo negases tres veces.
A las pruebas me remito.

Y hay testigos, nótese.

Con otros mil.

En cuenta regresiva,

M