viernes, 1 de septiembre de 2006

Todos ellos brujos


No es ningún secreto que yo también soy hijo de Rosemary.
Ya les conté cómo fue que descubrí la espléndida novela de Ira Levin en una edición en castellano y cómo la leí a escondidas de mi mamá -- que habría sufrido alguna especie de accidente cerebral nada más de imaginárselo-.
Pero creo que me quedé corto.

Es decir, es cierto que el libro me influyó, pero no fue sólo la novela [si pueden, léanla. No se van a arrepentir y no, no es "basura" como mucha gente dice, sólo porque tuvo impacto popular y fue superventas en los '60. Para "basura" de esa época, está El Valle de las Muñecas, pero de esa fascinante aberración nos ocuparemos one better day], que además fue la primera que leí en inglés, en cuanto fui bilingüe, sino tambíén la película de Roman Polanski, que aún hoy, es mi favorita de toda la vida.


La película no sólo es una obra maestra por parte de Polanski; también es un notable ejemplo de cómo hacer una adaptación a otro medio, de una narración literaria.

Roman sólo había trabajado en guiones originales, así que al adaptar el libro en un guión, hizo lo que ningún otro guionista acostumbra: incorporar fielmente cuantos elementos del libro sea posible traducir a imagenes. Y no sólo lo hizo con elementos visuales y situaciones; incluso los diálogos, los esquemas de color y hasta las alusiones (como las apariciones de John F. y Jackie Kennedy en su alucinante noche de concepción) aparecen en la cinta verbatim.

Cuando la vi por primera vez, como a los 14 años, en televisión, fue no una revelación sino una auténtica epifanía: ¡era la novela palabra-por-palabra!
Aún hasta hoy creo que es la adaptación más fiel que he visto en cine de cualquier libro, incluídas las tres superproducciones de Lord of the Rings y Harry Potter.

La historia de cómo la cándida Rosemary Woodhouse (la entonces muy joven Mia Farrow... ¿pueden imaginarse a alguien más en ese papel? No, ¿verdad? ...Yo tampoco) llegó a rentar junto con su marido actor (John Cassavetes, que luce decididamente siniestro) un hermoso apartamento en Manhattan y lo que ahí le sucedió, es ya parte de la cultura popular.

No necesitas haber leído el libro o haber visto la película para saber a qué se está refiriendo cualquiera al mencionar al bebé de Rosemary.

Tal ha sido la penetración de esta historia, que revalidó un género cinematográfico y le dio vida (Qué, ¿a poco de veras creen que El Exorcista, La Profecía , y otras similares y anexas podrían siquiera existir sin esta?); la película es eminentemente citable y sus diálogos y referencias a sus escenas han aparecido en los más diversos medios... y no hablemos de lo que hizo por las carreras de sus protagonistas: Mia Farrow fue lanzada al estrellato (más allá de lo que había alcanzado al protagonizar en TV Peyton Place/La Caldera del Diablo) y Ruth Gordon vio resurgir su carrera a los 75 años de edad (y hasta obtuvo un Oscar... el que la Academia haya ignorado a Mia en favor de Barbra Streisand [¡que se interpretaba a sí misma en Funny Girl!] es algo que aún hoy me parece un robo a plena luz del día), protagonizando algunas cintas después, incluyendo el hitazo de culto Harold & Maude (dirigida por Hal Ashby en 1971), que es una gozada.


Recientemente, apareció la versión audiolibro de la novela, interpretada por la mismísima Mia.

Se trata de la versión completa, por lo que la novela es leída y actuada por Mia, que sólo con su voz es narradora y cada uno de los personajes. Lo fascinante es que al leer consigue dar una profundidad y una distinción a cada diálogo y cada rol. Es Rosemary, sí, naturalmente, pero también es Minnie, también Guy y Elise Dunstan y ¡hasta el siniestro Doctor Sapirstein!

Cuando este verano Santiago, curioseando por mi iPod, descubrió que tenía la novela leída por Mia Farrow, no daba crédito: "¡Es que la sola idea mete miedo!" me dijo, haciéndome sentir como un auténtico freak con la mirada que me echó, aunque bueno, no resistió la tentación de samplear un capítulo y la expresión en su cara al escuchar sirvió para probar lo que siempre he dicho: no importa cómo esté contado, este cuento de hadas (siniestro y gótico) de nuestra era sigue vivo y bien, para ser descubierto y amado por las generaciones venideras.

Me imagino que Levin y Mia podrán estar orgullosos de lo que han hecho y nos han legado; todos ellos brujos...

4 comentarios:

emejota dijo...

Hola Miguel:

comparto tu opinión sobre la película. Me parece memorable igualmente la canción de cuna de Krzysztof Komeda con la que se abre la película y que susurra muy bien la propia Mia Farrow. Como anécdota, añadir que me sigue pareciendo lamentable que en España se tradujera su título de forma que se desvelara todo pero en fin...

Un abrazo!

Miguel Cane dijo...

Querido Mariano,

Sí, todo el efecto es fascinante. ¿Sabes que la música de Komeda estuvo descontinuada por años? Encontré una versión CD en Madrid, hace muchos años y aún la atesoro.

Esta es definitivamente una de mis cosas favoritas en la vida.

Qué gusto poder compartirla

¡Otro abrazo hasta allá!

Anónimo dijo...

Hola Miguel:

Leí en una revista, que planean hacer un remake de "el bebé de Rosemary" con Chris Evans (Los 4 fantásticos) y Anjelica Houston. En el papel de Rosemary se habla de una tal Laura Regan. A lo que lleva la falta de inventiva y creatividad, que se necesitan hacer estas "nuevas" versiones de clásicos, que deberían dejarse como estan. ¿Qué tal? ¡No te vaya a dar un ataque cardíaco o una especie de accidente vascular cerebral! ¿Qué sabes de ésto?

Miguel Cane dijo...

Querida Viv,

Leí el mismo rumor, en la IMDb, que es donde más circulan esta clase de chismes. Francamente no creo que llegue a nada, aunque ya vi una foto de la tal Laura Regan y su parecido con Mia Farrow es sorprendente.

Ahora bien, si la hacen (si se atreven), creo que deberían de ser fieles a la novela y al guión originales. Además de que la historia debe situarse en los años 60. No puede ser adaptada a esta nueva era, porque se diluye su efecto.

Sinceramente, dudo que nada pase.
Recibe mil besos y cariños a los niños.

M