Holland Park

Hacía mucho tiempo que no venía por estas calles.
Años de no entrar al parque por aquí, por esta entrada que estaba frente a la casa, adentrarme en el parque, sintiéndolo extenderse conforme avanzas por el sendero, hasta abrirse como un mundo secreto.

Esta es la casa. No podría llamarla mía, pero...

A la derecha, la ventana de la habitación. Desde ahí me asomaba, primero sí, con miedo y soledad, después, con júbilo y curiosidad y al llegar el último día, con tristeza clavada en algún lugar, impidiéndome respirar, como ahora al verla de nuevo, cuando ya no hay nadie ahí.

La ventana -- siempre mirando al parque.

En 1989 era muy distinto... aunque algunas cosas siguen iguales, como Holland House, con sus arcos imponentes, donde podías irte a sentar y leer a la sombra en un día de verano.

Y los amigos salvajes, hijos o nietos de los que conocí entonces, igual mirándome con tímida extrañeza...

...o en todo caso con serena soberbia.

Dispongo de poco tiempo para caminar por las calles de Kensington, subir hasta la High Street, con sus restaurantes y tiendas, que no son ya los que recuerdo-- tampoco los autobuses de dos pisos lo son. Es otro siglo ahora.

Así, el llegar con pasos inciertos a donde estaba la escuela, buscar la ventana en el tercer piso del salón donde fingía perfeccionar mi inglés (sí, fingía, I was pretending... I already knew...) mientras soñaba despierto.

Ahora aquí sólo hay fantasmas.
Lo que fuimos.
Lo que no fuimos, no vamos a ser.

¿Y yo? ¿También lo soy?

Comentarios

Él dijo…
Lo que hoy somos dista de ser lo que ayer fuimos, y lo que seremos...

...yo no lo sé.


Saludos.
Sebastiana dijo…
Puedes tener una real tea party! real/royal!
Jimena dijo…
Las ardillas son buenas amigas, en especial cuando tienes cacahuates japoneses.
Miguel Barrero dijo…
Miguelito... No recordaba que andabas por Londres (qué quieres, mi memoria no da para mucho). Espero que las jornadas de trabajo hayan sido fructíferas.

¡¡¡El miércoles ya tendremos casa!!!
Anónimo dijo…
Cuenta, qué haces allí.
Desde que ha cambiado mi vida laboral, no tengo tiempo de nada.
B7s
Unicornio dijo…
Fantasmas? Siempre somos fantasmas de nosotros mismos... ¿no? Abres el álbum familiar (¿vos tenéis uno?) y ves la imagen de lo que eramos en un tiempo. Y se pregunta uno: ¿ese era yo? (¿O sigue siendo la Imagen, un "Fantasma" en ese pasado brumoso donde aún existo como un recuerdo?).
Y entonces, ¿nuestra memoria está llena de "fantasmas"? (ya sabes, esas condenadas memorias detallistas).
Entonces, siempre seremos fantasmas, del ayer y el mañana: solamente no lo somos en ESTE momento. Así que no hay que asustarse, wahrscheinlich?

Un saludo a todos (y en particular, a los fantasmas que fuimos de niños) con afecto...

el fantasmagórico Unicornio

P.D. ¿Alguien recordará las caricaturas de mi héroe favorito de niño, el jocundo "Fantasmagórico"? (a veces creo que nunca existió, jejeje).
viví un mes en un hotel iraní de high street kensington (tan crucial en mi biografía), pero esa es otra historia. siempre vuelvo y empiezo londres por allí. a mí me gusta pensar que básicamente soy el mismo, que allí empecé a SER.
ahora sí que estás en la verdadera babilonia, mi babilonia.
en la otra cuando quieras.

un virus me ha impedido conectarme durante este tiempo, y hasta ayer no pude leerte.
un abrazo.
Anónimo dijo…
Londres es todavía muy reciente para mí como para pensar en fantasmas. Fue mi sorpresa, lo es todavía porque no pensaba que fuera a gustarme tanto, y sin embargo... Fue lo primero que vi más allá del charco.

¡Las ardillas! Ya dije que me hice amiga de unas, que tengo una foto de mi mano y rozándome, una de ellas...

Tiene magia esa ciudad. Se me quedó adentro, parece.

Besos y saludos a las ardillas.
P.

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