domingo, 18 de marzo de 2007

Imágenes preciosas: Harold & Maude


Hay parejas que de un modo u otro, se las ingenian para quedarse dentro de nuestra memoria y nuestro corazón, después que los espíamos un poco a través de la pantalla. Así es como hemos querido a Rick y a Ilsa, a Holly Golightly y Paul Varjak, a Abbott y Costello, a Fräulein Maria y el Capitán Von Trapp, a Thelma y Louise y, al menos en mi caso, a Harold (Bud Cort) y Maude (Ruth Gordon).



No recuerdo (cosa rara, será un system overload) a qué edad vi por primera vez esta película de Hal Ashby (que también hizo otra de mis favoritas: Shampoo), pero recuerdo que me llamó la atención visualmente, aún si no entendía su contenido.

Hace unos días, la volví a ver, ahora como adulto, y comprendí a la perfección la sutileza de lo que estaba tratando de hacerme entender.

Harold es un pobrecito niño rico que, a los 20 años de edad, sólo quiere exasperar a su excéntrica y millonaria madre, muy afecta a las peluquitas, con sus elaboradas escenificaciones de posibles suicidios. Esto es rutinario, hasta que en una iglesia de San Francisco, a la que acude a (morbosamente) presenciar un funeral, conoce a Maude, una mujer de 79 años, que lo contagia de una infecciosa y extraña pasión por la vida.


No sé qué tan correcto sea revelar más de esta historia: lo que sí sé, es que es me llegó muy hondo y me dejó una profunda satisfacción. En parte esto se debe, por supuesto, a la música de Cat Stevens, que se amolda perfectamente a la atmósfera y las escenas y a la formidable interpretación de la Gordon, que estremece y sacude las entretelas al más pintado.

Harold & Maude es de esas raras películas que, aunque ha envejecido un poco (treinta y seis años no pasan en balde), mantiene vigente el encanto y el motivo de su existencia. Hoy, Hollywood ni de chiste nos podría ofrecer un producto semejante (¡Increíble, esto es un filme de la Paramount!) en una era de basura autocomplaciente y mierda plastificada. Por eso me alegra que exista. De este modo, puedo recordar diálogos como el que abre esta escena, que lamentablemente no aparece en el clip de video, pero que comienza con Harold preguntándole a su nueva amiga:

Do you pray?

I communicate!

With God?

With LIFE!

4 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

no he visto la película, pero haces que te entren muchas ganas de verla. aunque será difícil localizarla.
me encanta ruth gordon.
...será por 'Rosemary's baby'.
feliz domingo.
un abrazo.

Anónimo dijo...

A los trece años vi una película llamada "Pilgrims cruice". Era un mediometraje en la que una chica -si mal no recuerdo- se da a la tarea de buscar a su abuela muerta. Comienza por los recuerdos y termina en el cielo. Lo curioso es una chica es un cartón coloreado. Desde entonces busco esa película... algún día Cinema Golden la volverá a repetir a las tres de la mañana... lo sé, lo sé.

Miguel Cane dijo...

Senses:

Sí, Ruth Gordon brilla en RB, pero aquí, el resplandor es distinto. Más cálido.

Ya la verás, te prometo.

Abrazos.

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My dear,

Pues pídela a Netflix y luego me cuentas qué tal.

Muchos abrazos, y no olvides compartirla con Jon.

mmmmm... chocolate...

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Inapreciable Cobayo,

¡Ah caray!

Este es un caso para los Detectives Salvajes.

Un abrazo y gracias por venir.

Anónimo dijo...

He visto la película por primera vez hace un mes y medio más o menos. El por qué, no lo sé, pero me tiene completamente enganchada. Me ha resultado distinta, emocionante, cautivadora. Para mí es una película de culto. Me encanta!!!!