viernes, 2 de marzo de 2007

Retratos: La Liz


La verdad es que nunca pensé que un día iba a decirle a Liz: "de esto tengo que tomar muchas fotos porque es algo que no voy a volver a ver," y hacerlo refiriéndome a su embarazo.

Pero la vida siempre encuentra maneras de sorprendernos y hace no mucho, en una tarde de sol esplendoroso (y de verdad está haciendo un sol esplendoroso; parece que estuviéramos en junio) hice exactamente eso; tomarle fotos a La Liz y su pancita (o bien, a Bruno dentro de su pancita).

A Liz la conocí en 1995.
La primera vez que la ví, llegó a la mesa del taller de Rafa Ramírez Heredia, con un rebozo y una taza de café que se había traído de su casa. A todos nos impresionó. Lo que es más, no sólo nos impresionó, sino que decidió que necesitábamos una sacudida y nos invadió: "¡es que ustedes eran super fresas, tomaban coca de dieta y cenaban en el buffé del Liny's, por el amor de dios!"

Y sí. Gracias a ella comenzamos a experimentar con un estilo de vida más bohemio y con otras cosas como la terapia Gestalt y el psicodrama, aunque eventualmente ella y yo decidimos que funcionaríamos mucho mejor como cuates que como Fräulein Doktor und Patient.


En muchos sentidos, hay mucho por lo que yo debo dar gracias a Liz, y no sólo por su amistad anticonvencional y su ternura explosiva e inesperada. Fue gracias a ella, que pude comenzar a experimentar con alternativas para mi estilo de vida y en cierta forma, ella es una de las personas que más influyó (junto con mi compadre Alejandro) en ese periodo de mi Pálida y Temblorosa, inmediatamente posterior a mis 21 y anterior a mis 25: lo que suelo llamar los años del despegue, o cómo fue que di el salto y me eché a volar.

Liz siempre ha sido una girl of means (of slender means), y la más independiente que conozco: su eterna cantaleta para conmigo era: "Miguelcane -- sí, como una sola palabra- es tu obligación como ser humano, buscar tu independencia para poder entender lo que es la vida."

Me ha tomado algunos años hacerle caso y en eso estoy ahora.

Su embarazo (muy deseado, muy deseado), lo adiviné antes de saberlo cierto. Durante una cena en la que la esperábamos, cuando supe que no asistiría por "tener que guardar reposo" dije:

-¡Cuál reposo! ¡Mi Tía Susana!... Lo que pasa es que Liz está embarazada.

Naturalmente, los que lo sabían y habían jurado guardar el secreto, no dijeron nada, pero me miraron con los ojos como platos.

Y lo dicho: nuestra Liz Strausz ahora está en vías de convertirse en la mutterlein de un pequeño llamado Bruno.

Quiero mucho a mi amiga (y lo sabe)... y ciertamente, voy a querer mucho a su hijo [todos los hijos de mis amigis son como mis sobrinos], que (y ésta es la verdad) será un niño profundamente amado, anhelado, soñado y deseado.

Y con una madre como ésta, muy afortunado también.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer mi mejor amiga (este título se lo ha ganado a pulso), me dió la gran noticia de que estaba embarazada. Y sí, lo siento como mi sobrino por que a ella la siento como mi hermana. Un beso para Liz y por supuesto para Bruno.
B7s

Miguel Cane dijo...

Beso entregado de parte tuya, Faraona.

Y sí, los hijos de nuestros amigos, especialmente los que consideramos más cercanos, son nuestros sobrinos, en algún nivel.

Muchos b7s.

Anónimo dijo...

Mi Bruno ya cumplio un año!!!
Tiene 3 dientitos y esta por soltarse a caminar.
Un mundo ha pasado.
Gracias por tu retrato y por tu amistad.
Mucha suerte!
Besos.
L