martes, 25 de septiembre de 2007

Niño bueno

En mi casa me educaron para ser un niño bueno.
Ese era el mantra con que fui adoctrinado cuando estaba creciendo, especialmente por parte de mi abuela María, a la que adoraba aunque eso no le quita que ella fuera, un poco como Miss Havisham, una especie de Harsh Mistress con ideas muy particulares al respecto de los roles de niños y niñas en una familia.
Si eras varoncito: "Tienes que ser un niño bueno para que todo mundo te quiera"
(¡Dios no permita que alguien me odie!)
Por otra parte, si eras niña, entonces todo te estaba permitido por el sólo hecho de serlo (No puedo entrar en detalles).

En parte, eso contribuyó a que yo tuviera la noción de que no sólo en mi casa, sino el mundo entero, me querría menos (o de plano, no me querría) si no cumplía con la orden... y lo terrible del caso es que siempre te queda la idea, aún al paso de los años, de que no eres digno si no eres de cierta forma, o peor, de que no importa lo que hagas: de todos modos te quieren menos.

Tienes que ser bueno.

Ergo, fui bueno y obediente.
O creo que lo soy todavía (aunque nunca me he sentido capacitado para decirlo).
Supongo que con el tiempo, se va volviendo un poquito un problema. "¡Es que eres tan bueno!"

Pero... ¿en qué consiste ser bueno?
¿De verdad soy bueno?
¿Quién es bueno en este mundo?

Por algún tiempo, en mi adolescencia difícil -- quien asegura que la adolescencia son los mejores años de nuestras vidas o miente descaradamente o tuvo suerte y generaliza a lo tonto. La mía fue por partes iguales un espectáculo de cabaret y, sobre todo entre los 12 y los 16, un verdadero infierno- secretamente quise ser como Cruella DeVil.
Ustedes saben: frío, calculador, siempre saliéndome con la mía... ¡un manipulador, un titiritero supremo! (Hay quienes dicen que sí soy calculador... pero no en el sentido que me pareciera halagador en otro tiempo, si no en el sentido más triste-pero-real: como aquél que se previene del golpe más duro. Yo suelo pensarlo como alguien cobarde. Supongo que sí, soy en algún porcentaje un cobarde)

Pero la verdad es que me falta aptitud.
Hasta para ser cruel, hay que tener cierto tipo de talento y no se me da.

Así que supongo que seguiré siendo un niño bueno, aunque ya no por las razones originales -- me tomó muchos años aprender a mandar al carajo las cosas que me hacen daño y la culpa tan cuidadosamente instigada- y seguiré como hasta ahora...
...aunque hay días en que me gustaría ser realmente malo y no terminar por sentirme mal, como una sabandija, por el simple hecho de, sin pensarlo mucho, desearlo -- aunque sea sólo por un momento.

8 comentarios:

Alice dijo...

al parecer cuesta mas trabajo ser bueno... tal vez por que ser malo involucra ser descarado y valemadres y por eso todo te sale mas facil... pero cuando eres bueno tiendes a pensar en todos y en todo y a preocuparte y a concientizar tus actos... estaria mejor ser bueno de profesion pero tomarse unas vacaciones de vez en cuando...
saludines ;)

Cuquita, la Pistolera dijo...

Jiji, oye Miguel, pues sólo para sacarte el gusto, un día deberías ser todo lo malo que pudieras, un verdadero malvado. No sé por qué pero dudo mucho que lo logres. Porque en el fondo eres bueno, se nota en tus letras, en tus palabras, en tus fotos, en tu música.
Y por cierto, perdona la insistencia pero me carcome la duda de por qué comenzaste a señalar en negritas algunas palabras. Me cuesta.
Besotes

Viviana en vivo dijo...

Yo creo que depende un poco de lo que se define como bien o mal. Si ser malo es no dejarse y no echarse encima las broncas qeu no son de uno, mi recomendación es que seas malísimo. Bajo ese estándar yo debo ser una reverenda bitch, jojo.

Besitos

Anónimo dijo...

Bueno, yo tenía dos contras para ser una "niña buena". La primera, era que de niña no encajaba demasiado en los parámetros de mi familia, y era como si dijéramos, un gran, gran signo de interrogación para mis padres.

Siguiendo, en casa a las niñas no se les permitía todo. Era al revés, a los niños (buenos o no) por el simple hecho de ser varones les estaban abiertas muchas posibilidades.

En fin... a mí eso de ser buenito me ha sonado siempre a ser, además, medio tontito/a. O sea, bueno hasta decir basta.

Prefiero no haberlo sido (buena, quiero decir, dentro de esos parámetros) y hasta diría, prefiero que tal vez alguno no me haya querido por ser buena.

También prefiero ser una buena persona, trato de serlo... como tú, Miguel.

Niño bueno o no, sos una buena persona. (Lo cual no quita que un día te des el gusto de portarte mal... :-D )

Un abrazo
P.

Tigreton dijo...

Es que ser malo tiene su trabajo no te creas jaja.
Pero buenos ninguna persona lo es...oh rayos todos somos gamas grises XD
Que lindo blog ^^

mando saludos

Unknown dijo...

Pues ya tienes asegurado pareja para rato, pues segun los estandares de las abuelas "metichonas" lo que debemos buscar es "un buen hombre" Ojala fueran adivinas.

Sebastiana dijo...

Tu abuela suena como las mías, aunque al revés... los niños hacen lo que quieren, pero las niñas, ja! Justo ayer una de mis abuelas dijo: yo no metería la mano al fuego por ninguna de mis nietas! (hablaba de pureza y santidad, creo... algo relacionado con tener hijos o no) Y yo sólo pensaba que estaría difícil esconder los hijos regados por el mundo de todas sus nietas, quien por alguna extraña razón estamos destinadas a vivir solas toda la vida... Bueno, quizá las más jóvenes no necesiten al espíritu santo para que se dude de su santidá y todo eso.

Creo que ya estoy desvariando, pero sólo quería decir que ser es niño(a) bueno(a) nomás malacostumbra a la gente, luego se espera que seas magnánimo, superpaciente, sumiso, caritativo y regresar los cambios (no es que tenga traumas con que mi hermana se robaba el cambio de la ida a la papelería, claro que no!) y ya no es ningún mérito... es una especie de obligación macabra de la que no puedes escaparte. Como si no costara trabajo ser bueno! Ash... Pero sí, hear ya sweetie!

Jimena dijo...

El problema es que los límites de la bondad están muy bárbaros. "No Santa Teresita, yo no quiero que los paganos me corten la cabeza para ser martir"
por eso deberíamos desconfiar de las personas so called buenas. Si no tienen maldades a la vista es porque algo hay que no les sabemos Ejemplo: BTK (bind, torture, kill) lider scout, colaborador en su Iglesia y asesino en serie.

El otro asunto está en que cuando a uno lo educan para ser bueno y obediente... lo logran en algún grado y para siempre. Uno quiere descarriarse y nomas no puede.

So, Rito y yo decimos que eres puro amor. Eso namas beneficia al prójimo tons no creo que cumpla con los requerimientos de maldad como la conocemos.

Yo he conocido el rostro del Mal: Era monja… era la madre Esther!

(Un beso Miguel)