Paredes de cristal
Bien. Ha ocurrido algo que no tenía ganas de hacer porque para mí, equivale a censura y me había prometido que en este espacio no habría censura de ningún tipo. No obstante, las circunstancias del blog cambian y me he visto obligado a tomar una medida que no me gusta, pero que es no sólo por mí, sino por los lectores, habituales y casuales que tiene el Alias Cane desde su creación.
A partir de hoy, y por un tiempo indefinido, los comentarios serán moderados.
¿Esto qué significa?
Que todo comentario que ustedes como lectores hagan en este espacio, en cualquiera de sus entradas, pasará ahora por un filtro antes de ser publicado. El filtro no es otro que yo mismo y obedece al hecho de que en las últimas fechas han proliferado comentarios anónimos (el más reciente en la entrada de este domingo) y algunos que no lo son, de talante agresivo para conmigo y con este espacio.
En el caso específico, no borraré dicho comentario estúpido, que a su vez es una reproducción de uno firmado por su autor, mismo que ya había yo eliminado de este espacio por considerarlo irrelevante. Que quede como testimonial del punto que ahora explico.
Ojo, no digo que el autor -- que tuvo a bien también faltar al respeto de otro blogger al iniciar su ataque hacia mi persona en un espacio ajeno, cosa que me parece cerril y humillante- sea el responsable de esta reaparición, pero lo mismo: no me gusta que me insulten de manera gratuita y menos aún, en mi propio territorio.
Estoy seguro que a nadie en su sano juicio le complacen esa clase de cosas, así es que me veo obligado, como ya dije, a -- al menos temporalmente, insisto- tener que hacer esto; no me gusta, sobre todo porque me parece muy molesto y hasta irritante, más si tomamos en cuenta que en este año de existencia, siempre tuve la idea de que éste era un espacio abierto y amistoso y que, cuando llegaba a brotar una descalificación o una agresión innecesarias, eran esporádicas. Pero ahora se han vuelto cada vez más frecuentes -- el que ustedes algunas veces las lleguen a ver, antes de que pueda yo llegar con la mopa a limpiar la guacareada o la pinta obscena me provoca mucha vergüenza- y es por ello que tomé la decisión de moderar comentarios.
Espero que todos ustedes, que son para quienes escribo esto, bueno o malo, baladí o no, pero a diario, puedan comprender mis razones y, sobre todo, que por favor sigan participando. Sus comentarios, fundamentalmente, son lo que hace que este blog sea lo que hasta hoy ha sido. Me debo a ustedes, y es por ello que actúo así, como en su momento lo aprendí -- y nuevamente vuelvo mis ojos a él- de Mariano, mi good guru en estos menesteres de ser blogger.
Mil disculpas de antemano por las molestias, pero espero comprendan que estoy encabronado y que si esta casa es de paredes de cristal, no estoy dispuesto a permitir pedradas, vengan de donde vengan. Sobre todo, porque la construí para ustedes.
Gracias.
A partir de hoy, y por un tiempo indefinido, los comentarios serán moderados.
¿Esto qué significa?
Que todo comentario que ustedes como lectores hagan en este espacio, en cualquiera de sus entradas, pasará ahora por un filtro antes de ser publicado. El filtro no es otro que yo mismo y obedece al hecho de que en las últimas fechas han proliferado comentarios anónimos (el más reciente en la entrada de este domingo) y algunos que no lo son, de talante agresivo para conmigo y con este espacio.
En el caso específico, no borraré dicho comentario estúpido, que a su vez es una reproducción de uno firmado por su autor, mismo que ya había yo eliminado de este espacio por considerarlo irrelevante. Que quede como testimonial del punto que ahora explico.
Ojo, no digo que el autor -- que tuvo a bien también faltar al respeto de otro blogger al iniciar su ataque hacia mi persona en un espacio ajeno, cosa que me parece cerril y humillante- sea el responsable de esta reaparición, pero lo mismo: no me gusta que me insulten de manera gratuita y menos aún, en mi propio territorio.
Estoy seguro que a nadie en su sano juicio le complacen esa clase de cosas, así es que me veo obligado, como ya dije, a -- al menos temporalmente, insisto- tener que hacer esto; no me gusta, sobre todo porque me parece muy molesto y hasta irritante, más si tomamos en cuenta que en este año de existencia, siempre tuve la idea de que éste era un espacio abierto y amistoso y que, cuando llegaba a brotar una descalificación o una agresión innecesarias, eran esporádicas. Pero ahora se han vuelto cada vez más frecuentes -- el que ustedes algunas veces las lleguen a ver, antes de que pueda yo llegar con la mopa a limpiar la guacareada o la pinta obscena me provoca mucha vergüenza- y es por ello que tomé la decisión de moderar comentarios.
Espero que todos ustedes, que son para quienes escribo esto, bueno o malo, baladí o no, pero a diario, puedan comprender mis razones y, sobre todo, que por favor sigan participando. Sus comentarios, fundamentalmente, son lo que hace que este blog sea lo que hasta hoy ha sido. Me debo a ustedes, y es por ello que actúo así, como en su momento lo aprendí -- y nuevamente vuelvo mis ojos a él- de Mariano, mi good guru en estos menesteres de ser blogger.
Mil disculpas de antemano por las molestias, pero espero comprendan que estoy encabronado y que si esta casa es de paredes de cristal, no estoy dispuesto a permitir pedradas, vengan de donde vengan. Sobre todo, porque la construí para ustedes.
Gracias.
Comentarios
Besotes.
Un abrazote
¿Me lo puedes moderar y aprobar?, gracias.
Pd.- ¿Quién es él?.
Hace días que no leo tu blog por tener demasiado trabajo y más preocupaciones.
Haces fenomenal con la decisión que has tomado.
Pero como una amiga que te aprecia te diría que no ofende el que quiere sino el que puede.
Las infamias y hacer daño gratuito últimamente está siendo utilizado muy gratuitamente.
Un beso
Pues es perfectamente entendible y aquí estaremos leyéndote y comentando como siempre.
Pero ejem, ejem, ¿es necesario la verificación de palabra? No me gusta! jeje.
Un abrazo,
Que este siga siendo un territorio virtual libre envidias y agresiones.
! A la Chingada con todos los Vetarros del mundo !
Francisco Peña
Hasta para insultar hay que tener valor, y este fulanito anónimo ni siquiera eso tiene.
Los que te leemos, seguiremos haciéndolo siempre.
Saludos y besitos
Saludos!!
Gracias.
Lamento la medida, pero así es mejor.
Sobre el agresor compulsivo (No, Frank, no se trató esta vez de quien tú crees) no voy a decir más. Esa gente no merece atención.
Continuamos con nuestra programación habitual, gracias.
Lamento que no, y que proliferen estas situaciones, traidas por ese tipo de gente.
Se entiende tu decisión, y además la creo necesaria.
Besos mil
Patricia