martes, 27 de marzo de 2007

Imágenes preciosas: Sólo con tu pareja


Hace más de quince años que ví esta película por primera vez y se siente como si hubiera sido ayer.


1991 fue un año poco común en lo que a cosecha cinematográfica se refiere.

Fue el año en que Hannibal y Clarice nos invitaron a cenar, el año en que Thelma y Louise agarraron carretera, Lars Von Trier nos mostró su alucinante visión de Europa, ese verano todo mundo aprendió a decir “Hasta la vista baby” – hasta que la frase se volvió un cliché-, ese año Oliver Stone arrastró la conspiración de JFK a la luz y Robert DeNiro nos erizó la piel en Cabo de Miedo. También fue el año en que conocimos a un cuate llamado Tomás Tomás, a su hermosa vecina Clarisa Negrete y fuimos testigos, desternillándonos de risa, de su extravagante histeria de amor en Sólo con tu pareja.

La cinta marca el debut en largometraje de Alfonso Cuarón como director y de su hermano Carlos como guionista y asomándose a una cultura que había sido obviada en el cine mexicano de su momento – la clase media con aspiraciones, ang. yuppies-, nos la mostraron con dosis de humor, slapstick, sarcasmo e incluso, ternura.

Tomás Tomás (Daniel Giménez Cacho) es un personaje disfuncional como ningún otro, lo que resulta en que nos identifiquemos plenamente con él. Ostensiblemente, trabaja como creativo publicitario [“Chiles jalapeños caseros Gómez: p’a que soples cuando comes…”] y es un mujeriego compulsivo amén de un hipocondríaco empedernido (Ecos de mi antiguo jefe Lalo V., que era exactamente igual... o casi). Tomás vive como mezcla de náufrago y sibarita en medio del decadente esplendor decimonónico de un edificio en la colonia Roma y como a Mike, el héroe del poema de e.e. cummings, le gustan todas las chicas: rubias, morenas, flacas, gordas… todas, excepto las verdes.

Sus vecinos de junto son el doctor Mateo Mateos (el hoy desaparecido Luis de Icaza) y su esposa Teresa de Teresa (la estrella de cabaret Astrid Hadad), quienes fungen como una especie de coro griego para las aventuras y desventuras amorosas de nuestro antihéroe. Las cosas se complican cuando aparecen en su vida dos mujeres: la seductora Silvia Silva (la irresistible Dobrina Liubomirova) y la celestial Clarisa Negrete (una radiante Claudia Ramírez). Ambas le cambiarán la jugada a este neurasténico donjuán, cuando aparezca también el muy real espectro del SIDA, aún si lo hace como un merecido castigo a sus inveteradas maneras de maltratar a sus amiguitas.

He oído decir que si Sólo con tu pareja se hubiera filmado en los años 60, obviamente el tema del SIDA no habría aparecido y posiblemente habría sido substituido por otro problema sexual, quizá más jocoso (¿enfermedad venérea? ¿parásitos imposibles de combatir con Kuel?) y el protagonista hubiera sido el legendario Mauricio Garcés, con alguna tentación curvilínea como Amadee Chabot o Claudia Islas haciéndola de la enfermera ardorosa e Irma Lozano (nadie podía hacer señoritas virginales y deseadas como ella) en el papel de la joven sobrecargo del departamento de junto.

Por suerte, la sensibilidad de los 90 y las múltiples referencias que los hermanos Cuarón utilizan – se nota que son chavos que vieron películas de Robert Altman y leyeron a Salinger- hacen que el material trascienda su ligereza y le hable a toda una generación en su idioma, con imágenes (desde el Santo hasta Ultramán) y creando sus propias tomas icónicas – la secuencia de Claudia, hermosísima y majestuosa, haciendo ante un espejo con sus brazos y manos las señales de toda flight attendant para mostrar las salidas de emergencia mientras Tomás la espía desde el balcón, tal y como amorosamente la capta la lente de Emmanuel “El Chivo” Lubezki, quien ya desde entonces demostraba lo que sabía hacer, queda para la posteridad- para trascender de lo meramente pasable a convertirse en un pequeño clásico que hace al corazón pegar volteretas de puro gusto nada más aparecer.

Sin embargo y pese al éxito más allá de las fronteras de Cuarón, la película estuvo por años condenada al limbo del olvido: no hubo nunca un lanzamiento oficial en DVD y el VHS de Videovisa (emitido en 1993 o 94) era de calidad mediocre, en fullscreen y un sonido espantoso.

Por lo mismo, el que la Criterion Collection lance en los Estados Unidos el primer DVD oficial (y de lujo) de la película, es motivo de absoluto regocijo para todos los que conocemos y amamos (e incluso citamos) a esta joyita de la familia.

Criterion se distingue por la presentación esmerada de sus productos, cargándolos de extras y éste no es la excepción. Con una restauración supervisada por el propio Cuarón y devuelto a su glorioso formato widescreen, la película podrá ser vista opor primera vez como debe verse y así será redescubierta por sus fans y una nueva generación de cinéfilos que ya ubican a Cuarón, aún si su referente sólo es la opus charolastra Y tu mamá también – que personalmente no me gusta pero para nada y por lo mismo evito hablar de ella; soy genuino admirador de su autor y no alcanzo a comprender la irracional popularidad de ese faux-pas-, la película de Harry Potter (espléndida para ser una película de encargo) y en poquísimos casos, hay quienes recordamos con cariño su versión de Grandes Esperanzas (principalmente por el trabajo de Anne Bancroft y Gwyneth Paltrow, la banda sonora y la extraordinaria dirección de arte, toda en una secuencia de verdes muy sutil).

Asimismo, el disco incluye entrevistas con el reparto, con el director y el guionista y dos cortometrajes clave; Cuarteto para el fin del tiempo (1983) la primera obra como director de Alfonso y Noche de bodas (2000), dirigido por Carlos, un ensayo escrito por el historiador cinematográfico y crítico Ryan Long y un texto de Carlos acerca de Tomás Tomás, revelando su pasado y su futuro a raíz de lo visto en la historia.

Debo confesar que al volver a ese edificio en la colonia Roma, volví a enamorarme de esos personajes que, al menos por un momento, iluminaron mi pálida y temblorosa juventud, en una sala oscura del alma (el hoy desaparecido cine Latino). El clip que acompaña estas palabras no alcanza a mostrar lo excelente --considerando sus limitaciones- que es, pero lo mismo, espero que sirva para picar su curiosidad y los anime a asomarse a este primer vestigio de lo grande, grande, que sería Alfonso Cuarón, después.

4 comentarios:

Mariluz Barrera González dijo...

Hoy me hiciste recordar que el tiempo realmente ha pasado....¿15 años? , pues qué edad tengo?

Lo genial de esta pelìcula es que si la hubiesen filmado en los 60 serìa genial, si la hubiesen filmado ahorita, tambien lo sería, por que en sí es genial.

UN BESO.

Anónimo dijo...

Miguel:

Hace mucho que no veo "Sólo con tu pareja". Recuerdo que la vi en la primera muestra que fui con Joaquín, y me encantó. Aunque parece una comedia, es una película con mucho trasfondo, y muy bien hecha.

Yo también recuerdo "Grandes Esperanzas". Un ejemplo más de la universalidad de algunos temas, que son vigentes en nuestros días. Creo, cómo tú, que las interpretaciones de los personajes femeninos son magistrales. Todos los cuadros de la película me gustan mucho (los que supuestamente pinta el personaje de Ethan Hawk).

¡Qué tiempos aquellos!

Un beso

Viviana

Miguel Cane dijo...

Mariluz y Viv/Viv y Mariluz:

Sí señor. La película es genial y aún me lo parece. Es más, ¿adivinen qué estoy viendo?

Un beso grande, grande, para cada una.

PD: Viv, los cuadros son de Francesco Clemente. Y son divinos.

senses and nonsenses dijo...

en españa fue el año de 'amantes' y de 'tacones lejanos', también debutaba con éxito en san sebastián y en los goya juanma bajo ulloa con 'alas de mariposa'.
ni idea de la peli, pero la tendré en cuenta si aparece en mi vida.
me encanta giménez cacho.

un abrazo.