¿Qué vas a ser cuando seas grande...?

Esa es una de las inescapables preguntas de nuestra dulce niñez; misma que ofrece siempre una enorme gama de respuestas, más allá de saber qué es lo que no queremos ser cuando seamos grandes... incluyendo el ser grandes.

Hace veinticinco años o más, yo quería, cuando fuera grande ser esto (sin ningún orden en particular):

* Demoledor de edificios (boom!)
* Arqueólogo en Egipto o Mesopotamia
* Cuidador de jirafas en el zoo
* O bien, granjero de jirafas en Kenya
* Vivir en Grecia (no importaba a qué dedicarme)
* Mago
* Detective (Gracias, Mrs. Christie)
* Quincy (el House de mi generación)
* El único niño en Isla Paraíso, con las amazonas
* Estrella de cine (¡qué ingenuo!)
* Cantante de ópera
* Holly Golightly (pero esto no se lo digan a nadie)
* Doncel de compañía de Carolina de Mónaco o de su mamá
* Francisco de Goya y Lucientes
* Andy Warhol
* Campeón de Natación
* Miguel Strogoff
* Pianista (aunque nunca pasé de estar debajo de un piano de cola)
* Granjero de vacas (vaques, pero no pites, que me dan mucho miedo)
* Capitán de trasatlántico
* Mi abuelo
* Mi madre
* Mi tío Mateo
* Un cocodrilo (algo de culpa tendría Roald Dahl)
* Babar, el elefantito rey
* Rey (sin ser elefantito)
* Vagabundo
* Músico callejero (pero sólo hasta la hora de la cena, que entonces volvería a casa con mi mamá)
* Jardinero en el Jardín de los Finzi-Contini
* La Señora Robinson
* Maestro para ciegos
* Explorador de la Antártica
* Criador de Pingüinos
* Bungalow Bill, cazador de tigres.
* Escritor

Curiosamente, creo que realmente nunca llegué a ser ninguna de esas cosas.

¿O ya llegué a grande...?

Todavía quiero ser grande...