viernes, 14 de diciembre de 2007

Quisimos tanto a Laura...

Parece increíble que hayan pasado ya diecisiete años desde que descubrí la existencia de ese pueblito perdido en las montañas del norte, llamado Twin Peaks, sito de la magistral soap opera surrealista del mismo título.

Diecisiete años, los mismos que tenía Laura Palmer cuando apareció en la playa, cerca del aserradero, muerta, envuelta en plástico.

Yo era sólo un poco menor que ella, cuando la vi por primera vez por televisión y desde ese instante surgió una obsesión. Una que disfruto enormemente aún ahora.

Laura (tal y como la encarara Sheryl Lee), que era simultáneamente una angelical teen queen que epitomizaba las burguesas ilusiones del American Way of Life y una inescrupulosa y desinhibidita piruja drogadicta -- todo en el mismo hermoso cuerpo, bajo la misma piel-, es uno de esos personajes de ficción que se te meten en los sueños y los convierten en pesadillas. Se quedan contigo, se impregnan, son referente sólo con ser mencionados. 

Hay muchos otros personajes que resultan icónicos, pero, gracias al momento específico (el invierno de 1990, ése es un momento que recuerdo como incierto, inquietate. Yo era frágil entonces, estaba cicatrizando, saben, y no sabía qué iba a ser de mí en el futuro, que es mi presente ahora pero que no veía llegar) en que apareció, este fragmento de la retorcida, oscura y espléndida imaginación de David Lynch se convirtió en parte de mi santoral personal y hoy se la sigue venerando en silencio, mientras ella, azul y aterida, sigue brillando, brillando, como una joya.

¿Ustedes la recuerdan? Si no, descúbranla. No podrán olvidarla nunca.

1 comentario:

senses and nonsenses dijo...

en los 70 fueron Los ángeles de Charlie, en los 80 Retorno a Brideshead, y en los 90 Twin Peaks. era un yonki de las paranoias del agente cooper. pero mi favorita era shirley fenn. hasta Six Feet Under no había encontrado una serie de la que fuera tan fan fatal. y cuando soy fan... soy fan fatal.

un abrazo.