miércoles, 25 de julio de 2007

Retratos: Viv


Hace muchos años que conocí a Viviana. Han de ser más o menos veinte, aunque no llevo la cuenta.

De hecho, primero conocí a su madre, Marielena, que es muy amiga de mi madre, y a su hermano Rodrigo, que fue uno de mis primeros héroes juveniles y figura importantísima de mi hoy antigua era discotequera.

Pero el trato con Viviana no se vino a dar, sino hasta muchos años más tarde, cuando ella ya tenía dos hermosos hijos, Paulina y Gerardo, y yo ya era un presunto adulto.


Yo iba a escribir un artículo acerca del baronial suburbio de Satélite, de donde Viv es oriunda y residente. Como dijo Juan Villoro: "Ciudad Satélite es como el purgatorio... pero con discotecas"... y una cita para sentarnos a hablar sobre el tema de crecer en Satélite, se convirtió en una charla de cinco horas. ¡Pero qué bien nos la pasamos!

Desde entonces y hasta ahora, Viviana y yo tenemos una muy buena relación aunque nos veamos realmente poco (y ahora, como es natural, menos). Ha sido una figura de apoyo importante para mí en momentos difíciles y algunos MUY difíciles.

El talento de Viviana, aparte de saber escribir y muy bien; es que escucha.

Su empatía le permite abrirse y escuchar. Algunas veces no da consejo, pero con que escuche, basta.

Es, además, una de las mujeres más valerosas que conozco.

Este ha sido un año extraño para Viviana, pero la veo emerger con la cabeza en alto, las manos limpias y el paso firme. No todo el mundo puede, sin embargo, ella lo hace.

Dice, que se está descubriendo. Supongo que no le falta razón. Cada aspecto de este proceso me parece, como espectador, sorprendente. Quizá yo no tendría el valor y la gracia (ya no mencionemos el ánimo) que tiene ella para hacer lo que hace y cómo lo hace.

Muchas veces para mantener un status quo, preferimos fingir que no-pasa-nada. No somos honestos con nosotros mismos. Y Viviana es todo lo contrario: Es una mujer honesta.

La quiero, la admiro y lo sabe.

Si yo fuera mujer, como dice la canción, creo que no podría parecerme (aunque me encantaría) a ella. Es, junto con mi mamá y algunas muy pocas más, una de las mujeres más valiosas y valientes que conozco.

Y creo que por eso, uno es afortunado.

4 comentarios:

Cuquita, la Pistolera dijo...

Miguel, yo he conocido a Viviana a través de su blog, al que llegué gracias a tus links. Es muy lindo lo que escribes sobre ella. La veo transparente a través de sus letras y de las tuyas y eso me ha caído muy bien desde que la leí.
Besos (a ambos)

Anónimo dijo...

Yo también llegué al blog de Viv a través de tus links y aunque no la conozco personalmente, todo lo que dices de ella concuerda con lo que escribe en su blog y los comentarios y correos electrónicos que hemos compartido.
Yo me levanto de mi asiento para aplaudir la vida de personas tan sobresalientes como ella.

Besos y abrazos a ambos.

Viviana en vivo dijo...

Miguel:

¡Me has hecho llorar! Creo, la verdad, que me miras con ojos de amor. Pero me has comnovido hasta las lagrimas y eso no me pasa todos los días.

Yo también te quiero y te admiro profundamente. Has sido la inspiración para empezar uno de los proyectos más importanete de mi vida y tú lo sabes. Siempre estarás en mi corazón por eso.

No pudiste haberme hecho mejor regalo que estas palabras. Han sido totalmente insesperadas y eso las hace todavía más conmovedoras.
Gracias amigo.

Te extraño y te recuerdo siempre.

Ben y Cuquita, muchísimas gracias

Viviana

Anónimo dijo...

Acabo de leer su blog por que después de ésto me ha entrado curiosidad.
Entre tú y yo Viv: George también
es mi nº 1.
B7s