sábado, 19 de mayo de 2007

Días solitarios en Gijón.


Hoy no para de llover.

Parece Macondo.

Hoy no sabía si levantarme, y finalmente lo hice. Me bañé, me senté a escribir. Lo hice por algunas horas. Comí un tomate y atún (Clásica comida de soltero). Luego me acosté a leer a Cortázar (El Examen) y me sentí inquieto.

Ahora estoy en la calle, viendo gente pasar bajo la lluvia.

No hablé hasta que pedí mi orden en la barra del café. Hoy ha sido uno de esos días en que no he oído el sonido de mi voz casi para nada.

Supongo que esto es a lo que se refería alguien al decirme "vas a pasar días solitarios en Gijón".

Supongo que hoy es un día solitario.

Dice Ben, que ya pasó por lo mismo, que es de lo más natural: mis amigos aquí todos tienen sus vidas hechas, su "normalidad" y yo apenas estoy aterrizando. Así que es como mirar desde afuera hacia dentro: todos tienen algo que ya planearon, o que no pueden evitar o que ya es rutina y yo aún no la tengo.

Eventualmente, me supongo, la tendré.

Mientras sucede, camino en silencio la ciudad, bajo la lluvia y dejo que las calles me entren por los pies, por los ojos. Que la niebla me abrigue. Que se alargue la memoria.

Mañana nunca sabe.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Caneoptero.
Llego a Xixon el dia 14 de junio por la noche.
Ya mandaste a hacer llaves?

Necesitas algo de aqui?

Avisame.

Carles

Sincopado dijo...

Animo, león.

En madrid hace calor y el trabajo me ha dejado baldado.

Ánimo y abrazos

Anónimo dijo...

¡Hola Miguel! Te envié un mensaje hace un par de días, pero no sé si lo leiste o si lo envié al número adecuado. Tenía una sorpresilla, que, cosas de la vida, quería compartir contigo. Parece que este mes de junio la gente de Gijón (entre los que te encuentras ya, por fin) se tendrá que apretar un poquito más para hacer hueco a los recién llegados. Sí, me voy para allí dentro de un mes exacto y por todo el verano. A mí también me convencieron de que merecía la pena irse para Gijón... Así que nada de días en silencio ni cosas de esas, ve disfutando de la ciudad y de la gente que te acompaña allí para tener muchas cosas que contarme a mi llegada a tierras astures. Un abrazo, y ánimo. Besos y besos de colores, Icíar.

Cuquita, la Pistolera dijo...

Esa es la sensación cuando uno comienza a vivir solo. Sobre todo si trabajas en casa. De pronto te das cuenta de que no has hablado, de que te has ido a la cama y has estado en un silencio exterior apabullante.
También te das cuenta de que hablas más con el vendedor de diarios, con el abarrotero... es cosa de acostumbrarse. Pronto te llenarás de actividades, de rutinas y el silencio se hará más inaudible, más imperceptible.
Besos

Anónimo dijo...

Las primeras siete líneas son lo que ,para mi ahora, sería felicidad.

!Desearía tanto hacer eso!

Pero bueno, que mis tardes no fueran tan solitarias.

Saludos.
H.

Miguel Cane dijo...

¡Hola Carlos!

Pues espléndido. Tu casa te espera. Sí, ya tengo llaves hechas.

Si se me ocurre algo, escribo de volada.

Abrazos fuertes.

Y todo mi amor a tus padres, a Piyú, a Lux y Andrea.

Miguel Cane dijo...

Lusin,

¡Cómo me hubiera gustado que estuvieras aquí!

Pero como ves, no pasa nada.

Ánimo, valor y gracia.

Y muchos cariños, hermanito.

Miguel Cane dijo...

Preciosa Ici,

¡No sabía! Pues bienvenida.
Lo vas a pasar bomba por aquí.

¡Disfrutemos la terraza!

Muchos, muchos, muchísimos besos.

Todos de colores.

Miguel Cane dijo...

Miss Ku:

Pues sí, es muy curioso, muy extraño el estar de pronto tan solo.

No es malo, no es abominable.

Es sólo que hay una gran diferencia entre estar solo y sentirse solo.

Mil besos.

Miguel Cane dijo...

H,

Bienvenid@

Y que no sean tus tardes y tus mañanas y tus noches, tan solitarias.

Anónimo dijo...

Miguel :

Me recordaste mis momentos solitarios. Afortunadamente no han sido muchos, sin embargo dos de ellos fueron bastante fuertes (uno mas que el otro y tu sabras porque)

Sin embargo creo que tienen su lado bueno.......uno aprende a conocerse, a sentirse bien con uno mismo, a hacer actividades que normalmente uno hace acompañado solo y sintiendolas tambien.

Uno aprende de esto. Ya veras cuando estes acompañado, lo vas a valorar mucho mas.

Saludos.
Toño.

Miguel Cane dijo...

Querido Toño,

No, nunca de los nuncas estos días solitarios se compararían con los tuyos... pero también tú eres en cierto modo mi ejemplo y la muestra de que las cosas pueden cambiar y tener una nueva perspectiva.

Todo funciona, al final y pese al dolor, todo resurge.

Gracias por estar aquí, Toño.

No te pierdas.

Abrazos.

M