lunes, 14 de mayo de 2007

Cartas a casa


Hoy se termina el salón del libro y comienza mi vida real.

Es el primer día que me toca lluvia realmente, desde el amanecer.

Me ha escrito Carolina. Hemos comenzado a extrañarnos -- si bien, yo la echo de menos siempre que no está a mi lado, en esta ocasión no es por un viaje, sino por la estancia en otra parte. La noción de permanencia no me intimida.

Porque mientras le escribo esto a Carolina, ha pasado a saludarme Juan Carlos. Es entonces la sensación de permanencia fuera, pero también de secuencia. Es decir, sólo ha cambiado el escenario y la geografía de los personajes.

Pero el cariño, el cariño sigue siendo el mismo. En casa y en todas partes.

Te quiero, Flaca.

En seguida te escribo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

soy una estudiante de avilés, que ha asistido esta mañana a una de las charlas de escritores iberoamericanos en gijón. Creo que ha sido el único de los escritores, que aunque con sarcasmo y riendose un poco de la ignorancia de los jóvenes de hoy en dia, nos ha hecho la charla más entretenida. A diferencia de lo que piensa, no todos los jóvenes detestamos los libros, a mi me encanta leer y creo que si consigo su libro, sera uno de los que lea este verano.

CRISTINA dijo...

Yo he pasado momentos en Asturias geniales. Hace tiempo que no estoy por allá y espero volver pronto unos días. Es un lugar precioso con muy buena gente. Ojála estés a gusto (entre las cenas, la terracita y el whisky seguro que lo estarás)
Un beso, Miguel

CRISTINA dijo...

Bueno, hablaba del whisky por tu post anterior...pero, ante todo, sidra...bien escanciada...
Otro beso

Miguel Cane dijo...

Querida anónima:

Pues es muy posible que en Semana Negra o en la librería Paradiso de Gijón aparezca mi novela este verano.

Gracias por estar. Si pude llegar a ti, ha valido mucho la pena. Yo sé que no todo es borde, sé que hay textura.

Un beso.

Miguel Cane dijo...

Querida Camarada Cosmonauta,

Lo estaré.
¿Cuando vendrás a conocer mi terraza?

besos